Cuando los resideños se traducen en odio por parte del consumidor
6 marcas que enfurecieron a rabiosas hordas de "haters" con sus rediseños
El rebranding es una disciplina extraordinariamente compleja que, mal gestionada, despierta a la bestia que todos los consumidores llevan dentro. Estos rediseños se tradujeron en odio a raudales por parte del consumidor.
En el universo del branding los rediseños son un negocio extraordinariamente osado y hasta peligroso. Cambiar un logo con el que la gente está muy familiarizada, una web muy popular o un personaje muy conocido y hacerlo sin respetar adecuadamente el ADN de la marca que hay parapetada detrás puede traducirse en auténticos batacazos para las empresas que cometen tan imperdonable pecado.
A veces el airado odio que un rediseño provoca en el consumidor está motivado sobre todo y ante todo por el miedo al cambio (los humanos somos al fin y al cabo animales de costumbres). Sin embargo, en otras ocasiones que un rediseño sea objeto de la incontenible ira del consumidor, convenientemente canalizada a través de las redes sociales, tiene en realidad todo el sentido del mundo.
A continuación, y de la mano de Creative Bloq, repasamos 6 rediseños que provocaron la cólera desbocada del consumidor:
1. Twitter
Estrenado hace aproximadamente un mes, el nuevo diseño de la web desktop de Twitter sigue teniendo enfurruñados a los «haters» más viscerales.
Es hasta cierto punto normal que haya consternación entre los usuarios cuando una web muy popular tiene a bien cambiar de «look», pero lo cierto es que el rediseño de Twitter ha disgustado con razón a las masas tuiteras.
La nueva web para dispositivos desktop de la red social del pajarito no hace sino clonar todo aquello que el usuario ya odiaba en la app móvil de Twitter (muestra al internauta los denominados «Top Tweets» en lugar de presentar los mensajes en orden cronológico e incorpora una opción de «Guardados» que nadie quiere en realidad para nada). Además, todos los cambios que incorpora la nueva web de Twitter echan anclas en un diseño deliberadamente confuso.
Puede que para Twitter tenga sentido su nuevo diseño (que está, al fin y al cabo, en sintonía con su «look» en otras plataformas), pero para el usuario su nueva web continúa siendo a día de hoy una auténtica pesadilla.
2. Gap
El desastroso rediseño del logo de Gap en 2010 es un ejemplo de libro de cómo no acometer cambios en un logotipo. Que la firma de moda tuviera la ocurrencia de desterrar el que había sido su logo durante 24 horas para reemplazarlo por un logotipo huérfano de toda personalidad (de la que andaba sobrado precisamente el anterior) era en realidad la crónica de un fracaso anunciado.
Tras enfrentarse a los comentarios supurantes de odio de sus clientes, Gap vio claro que la había «pifiado» y tardó apenas una semana en enterrar su nuevo y desafortunado logotipo.
Aun así, y contemplado con la siempre saludable perspectiva del tiempo, el logo presentado por Gap en 2010 se ajusta como un guante al minimalismo que impera actualmente en el universo de los logotipos.
3. Airbnb
Obra de DesignStudio, el nuevo logo que Airbnb presentó en 2014 pretendía evocar en el espectador la forma de un abrazo, de un corazón y hasta de un mapa.
Sin embargo, el resto del mundo (dueño quizás de una mente más sucia) quiso ver en el remozado logo de Airbnb la inequívoca e impúdica forma de unos genitales.
A diferencia de Gap, Airbnb aguantó el tipo, lidió como buenamente pudo con las críticas y no enterró su logotipo, que se prestó en su día a múltiples mofas.
4. BP
El controvertido rebranding de BP en 2000 provocó enojo por dos razones diferentes: por su coste absolutamente sideral (146 millones de euros aproximadamente) y por su apuesta quizás excesivamente descarada por el denominado «greenwashing» (a fin de hacer más «verde» una marca que en realidad poco tiene de sostenible).
Firmado por Landor Associates, tan criticadísimo logo trataba claramente lavar la imagen de una compañía que a día de hoy, con el cambio climático agravándose por momentos, continúa invirtiendo a manos de llenas en los combustibles fósiles.
5. American Airlines
Estrenado en 2013 y rubricado por el renombrado diseñador italiano Massimo Vignelli, el nuevo logo de American Airlines se las ingenió para desagradar a casi todo el mundo. Incluso su «padre» terminó echando pestes de él. En una entrevista concedida a Bloomberg BusinessWeek Vignelli admitió que el viejo e icónico logotipo de American Airlines no necesitaba en realidad ser modificado.
6. Sonic The Hedgehog
Sonic The Hedgehog es uno de los personajes más fácilmente identificables en el universo de los videojuegos (o al menos lo era). Pese a haber pasado por el quirófano en varias ocasiones para hacerse varios «arreglitos», Sonic The Hedgehog había conseguido mantener su esencia.
Todo cambió hace unos meses, cuando se estrenó el primer el tráiler de una película con Sonic The Hedgehog como protagonista y su «look» otrora entrañable se convirtió en una auténtica monstruosidad CGI (digna de habitar en las peores pesadillas de pequeños y mayores).
Paramount, el estudio detrás del filme, tomó, no obstante, buena nota de las críticas, y el director se comprometió a resideñar al bueno de Sonic The Hedgehog para hacerle lucir menos horripilante.