Las mentiras tienen las patas muy cortas y la verdad acaba tarde o temprano saliendo a la luz. Que se lo digan, si no, a Volkswagen, que intentó en su día dar gato con liebre a la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de Estados Unidos con un software para manipular la medición de las emisiones de sus vehículos diésel y está en estos momentos pagando a precio de oro sus propias mentiras.

Sin ir más lejos, la Oficina del Fiscal General de Nueva York, Eric Schneiderman, anunció ayer que, en colaboración con otros estados, pondría en marcha una investigación contra el fabricante automovilístico alemán.

Por si los problemas legales de Volkswagen fueran pocos, la división de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Departamento de Justicia de Estados Unidos habría abierto también una investigación penal contra Volkswagen, según recoge The Wall Street Journal.

Donde sí está que claro que habrá un proceso con la marca germana es en el Congreso de Estados Unidos. El presidente del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes del país norteamericano, el republicano Fred Upton, anunció el pasado lunes que durante las próximos semanas el organismo que preside llevará a cabo una vista sobre el fraude cometido por Volkswagen.

Entretanto, y mientras el chaparrón arrecia, Martin Winterkorn, a quien podrían quedarle las horas contadas como consejero delegado de Volkswagen, salió ayer por la tarde a la palestra en un vídeo en el que pide disculpas públicamente tanto a los clientes y los trabajadores de la firma como a las autoridades por haber manipulado de manera deliberada las emisiones de gases de hasta 11 millones de vehículos en todo el mundo.

En el vídeo un compungido Winterkorn asegura que su voluntad es que el escándalo se aclare lo antes posible y que se enmienden con celeridad los daños provocados por el proceder de la firma que dirige.