España es el 2º país europeo con más peso de marcas del distribuidor
La marca de distribuidor crece hasta alcanzar el 41% de las ventas del total del mercado español, así España se sitúa como el segundo país con mayor peso de marcas blancas de Europa, según un estudio cualitativo realizado por SymphonyIRI Group sobre la Marca de Distribución en Europa.
En la investigación se anota que la marca de distribución ha incrementado su peso llegando a lograr una media del 30% de su cuota de valor. A pesar del inicio de la crisis, ya a partir de 2007, 2008 y 2009 la marca de distribuidor aumentó más de tres puntos. Esto se debe a que han crecido las enseñas que más la apoyan, pero ya no lo hace amparada por una ecuación de precio. Las marcas del distribuidor son percibidas como marcas con una equity comparable a las marcas de fabricante.
El crecimiento de la marca de distribuidor es transversal y abarca desde artículos de primera necesidad como harinas (con un crecimiento de +14%) hasta artículos con beneficios emocionales como perfumes (+27%), indicando la mayor receptividad del consumidor/comprador a las marcas de la distribución. Otro factor de su crecimiento llega por los productos frescos gracias a la mayor apuesta en esta sección de supermercados como Mercadona, El Árbol, Supercor, Dia Market, etc.
También perfumería presenta crecimientos de doble dígito, un segmento apoyado por implantaciones muy cualitativas (Eroski, Carrefour Planet) o una intensa actividad de prescripción e innovación (Mercadona). Es en estas categorías más emocionales, donde el precio no es el factor más relevante, como es el caso de cosmética o productos dietéticos, destaca principalmente una mayor aceptación de la marca de distribuidor por el comprador. Una categoría de gran tradición marquista como las bebidas de cola ve como la marca del distribuidor también aumenta un punto de su cuota.
Además, algunas marcas de distribuidor ocupan posiciones de liderazgo en los rankings de marcas más innovadoras según recientes estudios de consumidor. Los consumidores ya las consideran como marcas plenamente capaces de satisfacer necesidades tangibles y emocionales. Los fabricantes han ofrecido al consumidor mejorar su calidad de vida, gracias al beneficio por el uso de un producto o bien han facilitado la contención de los gastos del consumidor para que sus decisiones sean más simples y llevaderas.
También han bajado notablemente los lanzamientos innovadores. De promedio, el número medio de nuevas referencias lanzadas al mercado anualmente es un 75% inferior en comparación a los años precedentes a la crisis. Se innova poco, sólo un 6% de los lanzamientos de innovación correspondían a nuevos conceptos mientras que la mitad eran cambios de formato. Algunos fabricantes han llegado a acuerdos win-win con la distribución desarrollando formatos customizados a cambio de su distribución.
Para acceder al estudio completo, pulse aquí.