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La expropiación de marcas occidentales perpetrada por el Kremlin

La jugada del Kremlin para echar la zarpa a marcas occidentales como Danone y Carlsberg

Esther Lastra

Escrito por Esther Lastra

El Kremlin ha ordenado la expropiación de las filiales de Danone y Carslberg, que han pasado a manos de oligarcas rusos.

Desde que en febrero del año pasado Rusia perpetrara la invasión de Ucrania, buena parte de las marcas oriundas de Occidente que operaban allí hasta entonces se vieron obligadas a suspender sus operaciones en el país euroasiático para regatear eventuales crisis de reputación. Y el Kremlin ha aprovechado esta coyuntura para hacerse con el control de las subsidiarias de empresas occidentales en Rusia.

De acuerdo con Financial Times, Vladimir Putin ha ordenado la incautación de las operaciones de Danone y Carlsberg en Rusia después de que destacados empresarios cercanos al Kremlin expresaran sus interés en las filiales rusas de ambas compañías.

El pasado martes el Ejecutivo ruso nombre nombró a Yakub Zakriev, ministro de Agricultura de Chechenia, máximo responsable de las operaciones de Danone en Rusia, y puso asimismo al frente de Baltika, la subsidiaria rusa de Carlsberg, a Taimuraz Bolloev, amigo personal de Putin.

Kakriev, de 34 años, es aliado Ramzan Kadyrov, jefe de la región de Chechenia, mientras que Bolloev, que dirigió Baltika en los años 90, es un hombre muy cercano a los oligarcas rusos Yuri y Mikhail Kovalchuk.

Los hermanos Kovalchuk, que son colaboradores muy estrechos de Putin, habían dado cuenta previamente de su interés en Baltika, una campaña radicada en su San Petersburgo natal. Y ambos están afectados por las sacciones de Occidente, al igual que Kadyrov y la mayor parte de su círculo más cercano.

¿Es la expropiación de Carlsberg y Danone el preludio de lo que podría estar por venir para otras marcas occidentales en Rusia?

Las expropiaciones, anunciadas el pasado domingo, constituyen probablemente el preludio de la distribución de más activos extranjeros entre los empresarios leales al Kremlin, aseguran los analistas. La intención del Kremlin sería infligir daño a las empresas de Occidente y recompensar asimismo a los prosélitos de Putin.

Dmitry Petrushev, ministro de Agricultura de Rusia e hijo del jefe de seguridad de Putin Nikolai Patrushev, habría jugado un rol determinante en torpedear la salida de Rusia de Danone y Carlsberg. El padre de Patrushev forjó una relación con Putin cuando ambos trabajaron para la KGB en los años 70.

«El ministro quiere colocar a su propia gente para hacerse con el control del negocio», habría asegurado una persona familiarizada con la incautación de las operaciones de Danone en Rusia.

Este movimiento por parte del Kremlin demuestra que «las operaciones de empresas de Occidente han dejado de ser seguras en Rusia», subraya Alexandra Prokopenko, analista del Carnegie Russia Eurasia Center.

Moscú está actualmente en posición de «tomar activos extranjeros y dárselos a personas cercanas al régimen. Esta es la señal que todo vale. Y si esto puede pasarles a Danone y Carslberg, puede pasarles también a otras empresas», insiste Prokopenko.

Danone y Carlsberg eran hasta ahora muchas de las empresas occidentales que estaban buscando salir de Rusia tras la invasión de Ucrania por parte del país liderado por Putin. Y aunque el traspaso de manos era en principio relativamente sencillo, las condiciones para la salida del país han acabado trocándose cada vez más onerosas y arbitrarias.

El Kremlin exige a las compañías extranjeras interesadas en deshacerse de sus activos en Rusia la aprobación por parte de un subcomité gubernamental, vender sus operaciones con un 50% de descuento sobre el valor del mercado, y pagar una tasa del 10% al estado.

Ya el pasado mes de abril Putin ordenó la incautación de las subsidiarias rusa de la empresa alemana Uniper y de la compañía finesa Fortum. Y a continuación el ejecutivo ruso se apresuró a nombrar a ejecutivos de Rosneft, la empresa petrolera estatal rusa, para dirigir esas filiales. Dos meses después Putin aprobó una nueva ley que permitía la expropiación de activos occidentales potencialmente «problemáticos» en Rusia.

El Kremlin no ha proporcionado ninguna explicación oficial en relación a las razones que le han llevado a hacerse con el control de los activos de Danone y Carlsberg en Rusia.

Danone y Carslberg prevén tomar medidas contra la expropiación

Danone ha anunciado que «está preparando todas las medidas necesarias para proteger sus derechos como accionista». Y Carlsberg ha calificado, por su parte, de «inesperada» la expropiación y ha asegurado estar barajando una respuesta de naturaleza legal.

La multinacional francesa de productos lácteos estaba a pocos días de finiquitar la venta de sus activos en Rusia y contemplaba unas pérdidas de alrededor de 1.000 millones de euros como consecuencia de su salida del país euroasiático.

En Danone habría puesto sus ojos empresarios chechenos cercanos a Kadyrov, que parece haber desarrollado un especial interés por las empresas occidentales de alimentación, que generan, al fin y al cabo, un gran volumen de ventas y elevados márgenes.

El empresario checheno Valid Korchagin, un hombre cercano al aliado de Kadyrov Adam Delimkhanov, se hizo con el control del 21% de Stars Coffee, la antigua subsidiaria rusa de Starbucks. También el rapero Timur Yunusov, amigo personal de Kadyrov, se hizo con una participación similar en Stars Coffe y se convirtió además en el rostro de la cadena de cafeterías.

Carlsberg anunció el mes pasado un acuerdo para vender Baltika, la cerveza más popular de Rusia, sin especificar en ningún momento el nombre del comprador. Su opción predilecta habría sido (antes de que el Kremlin y sus acólitos se interpusieran en su camino) la empresa rusa de envases y aerosoles Arnest.

 

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