La marca blanca, la "cenicienta" que arrebató la corona a la regia marca de fabricante
El 83% de los consumidores considera que los productos de marca blanca y de marca de fabricante son virtualmente idénticos.
En un entorno macroeconómico fuertemente baqueteado por la inflación el consumidor apalanca la mirada cada con más fuerza en las ubicuas marcas blancas, que son también las más económicas y las que más alivio procuran al bolsillo del cliente en los tiempos que corren.
De acuerdo con un reciente estudio de la Asociación Alemana de Economía Digital (BVDW), los consumidores otorgan hoy por hoy una preferencia casi idéntica a las marcas blancas y las marcas de fabricante.
El 83% de los consumidores considera que los productos de marca blanca y de marca de fabricante son virtualmente idénticos. Y entre el 43% y el 60% se decanta por los productos de marca blanca como su primera opción. A la vida de estos datos, parece más que evidente que las marcas de fabricante deben acelerar necesariamente su inversión en publicidad para tratar de frenar el fenomenal empuje de las mucho más económicas marcas blancas.
Del informe de BVDW se colige que las marcas blancas gozan de especial predicamento en el ramo de la alimentación. El 60% de los consumidores elige las marcas blancas como su primera opción en este ámbito de actividad. En los productos del hogar este porcentaje se reduce al 54%. Si nos detenemos en el ramo de la cosmética, el 53% prefiere las marcas blancas como primera opción, mientras que en el sector «health» el porcentaje es de un 52%.
Si fijamos la mirada en la electrónica de consumo, solo el 42% de los consumidores otorga prevalencia a las marcas blancas frente a las marcas de fabricante. Y también en el sector de la moda las marcas de fabricante (58%) ganan la partida (aunque por un margen no demasiado amplio) a las marcas blancas (42%).
Los productos de marca blanca y de marca de fabricante son intercambiables a ojos de muchos consumidores
La inflación y el aumento generalizado del coste de la vida estarían detrás de la creciente pujanza de las marcas blancas. Al fin y al cabo, el 80% de los consumidores basa principalmente sus decisiones de compra en el trepidante crecimiento de los precios.
En esta misma línea, el 83% de los consumidores tiene el pleno convencimiento de que los productos de marca blanca y los de marca de fabricante son básicamente idénticos y son producidos, de hecho, en las mismas fábricas.
Así y todo, el 74% de los consumidores atribuye valores especiales a las marcas de fabricante. El 70% alaba su atractivo diseño, el 69% su buena imagen y el 76% conoce principalmente las marcas de fabricante a través de la publicidad.
Además, las marcas blancas tienen la vitola de ser de mayor calidad (62%) y de mayor confianza (60%) que las tradicionales marcas de fabricante. No obstante, entre el 38% y el 40% de los consumidores endilga también atributos de calidad y de confianza a las marcas blancas.
Los consumidores jóvenes están particularmente prestos a poner ojitos a las marcas de fabricante. El 36% de los jóvenes de entre 16 y 29 años enfatiza que el prestigio es un factor de suma importancia para ellos a la hora de comprar productos de marca de fabricante. Esta proporción se reduce al 28% en el caso de los consumidores de entre 30 y 49 años y a apenas el 18% en el caso de los consumidores mayores de 50 años.
«Las marcas de fabricante que han reducido actualmente su inversión publicitaria deberían a todas luces reconsiderar su posición. Los resultados demuestran que precisamente en este momento necesitan más que nunca reforzar su relación con su público objetivo y la confianza en sus propias marcas. Por su parte, las marcas blancas deberían apoyarse en la publicidad para pulir su propia imagen», explica Dirk Maurer, portavoz de BVDW.
En España, como en Alemania, las marcas blancas disfrutan de un protagonismo claramente al alza. De acuerdo con datos de Statista, la cuota de mercado de las marcas blancas era en nuestro país del 49,5% en 2022, frente al 46,2% de 2021. Las marcas han ganado sistemáticamente fuelle en España desde el año 2019, cuando su cuota de mercado escaló del 39,4% al 45,1%.