Por qué las marcas deben convertir las redes sociales en sus aliadas
Las redes sociales, ¿el mejor antiviral de las marcas para batallar contra el COVID-19?
El coronavirus brinda múltiples oportunidades comunicativas a las marcas y aquellas que mejor las aprovechen saldrán reforzadas de la crisis.

Autor de la imagen: Grzegorz Kamieniecki
En los últimos días, y ante el confinamiento forzoso impuesto por el coronavirus, la pantalla del móvil (o en su defecto de cualquier otro dispositivo electrónico) se ha convertido en nuestra particular ventana al mundo exterior, ese que de la noche a la mañana ha acabado convirtiéndose en un suerte de lujo inalcanzable.
Todo el mundo busca ávidamente información (100% veraz y ajena a los bulos) sobre el coronavirus y para hacer acopio de esa información la gente posa inevitablemente sus ojos en las redes sociales, explica Stéphanie Weber en un artículo para Horizont.
De acuerdo con los datos de GlobalWebIndex, el consumo de las plataformas 2.0 ha cambiado de manera notoria (y se ha intensificado simultáneamente) tanto en Estados Unidos como en Reino Unido desde que comenzara la pandemia.
Cambia el uso que hacemos de las redes sociales y cambian también a marchas forzadas nuestros comportamientos más cotidianos. El 90% de los jóvenes adscritos a la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) dice haber modificado sus hábitos. Este proporción se contrae hasta el 75% en el caso de los «baby boomers» (personas nacidas entre 1946 y 1964).
La gente se lava las manos con mucha más asiduidad que antes, evita viajes innecesarios y no despeja los ojos de la red de redes, a la que algunos continuarán pegados como una lapa incluso cuando la crisis del coronavirus acabe diluyéndose.
Para las marcas la cuestión es en estos momentos cómo deben reaccionar al frenético cambio que tiene lugar frente a sus ojos.
El fabricante de automóviles eléctricos Tesla ha optado por poner en marcha eventos diarios con el foco puesto en las ventas a través de la app de vídeo Douyin. ¿El objetivo? Colocar bajo los focos las fenomenales características de sus vehículos.
Diferentes distribuidores de Mercedes-Benz han confiado en la app de WeChat para compartir vistas de 360 grados de GLB, el nuevo SUV de la marca alemana de automoción. Mediante tan singular experiencia los internautas tienen la oportunidad de disfrutar de los fabulosos interiores de piel del vehículo y de su imponente «dashboard» (y todo sin salir de casa).
El coronavirus brinda múltiples oportunidades comunicativas a las marcas y aquellas que mejor las aprovechen saldrán reforzadas de la crisis
Para convertir los social media en sus particulares aliados frente al COVID-19 las marcas necesitan apoyarse en la tecnología, pero todavía más en el contenido, subraya Weber.
A todos nos afecta la crisis emanada del coronavirus. Y implementa cambios más que notables en los roles que veníamos asumiendo hasta ahora. Hasta hace no mucho los supermercados eran poco más que estanterías repletas de productos (cuyo abstecimiento se daba por sentado). Hoy todo el mundo consulta Twitter o TikTok para informarse si a tales supermercados han llegado nuevas reservas de papel higiénico o de «noodles».
Las salas de música emiten en «streaming» sus conciertos e innumerables artistas realizan sesiones improvisadas de música en vivo desde sus hogares. La crisis del coronavirus ha digitalizado la cultura, haciéndola accesible a todo el mundo de manera totalmente gratuita.
En los tiempos inciertos que corren las marcas están obligadas a comunicarse de manera transparente con sus clientes y con sus empleados a fin de mitigar sus miedos. La calma, la proximidad y la claridad son un «must» en términos comunicativos para las marcas en estos momentos.
Hay un dicho (preñado, por cierto, de sapiencia) que asegura que «el contenido es el rey y la distribución es la reina, pero es ella la que lleva los pantalones». Esta frase es particularmente cierta en tiempos de crisis. Actualmente es más importantes que nunca conectar con el target adecuado en el canal apropiado para responder de manera oportuna a preguntas de lo más variopintas: ¿qué productos están todavía disponibles?, ¿van a seguir prestándose con normalidad determinados servicios? o ¿va a haber despidos?
Las marcas pueden celebrar eventos en streaming y contestar a las preguntas formuladas por sus clientes enarbolando la bandera de la interactividad y haciendo potencialmente miles de nuevos contactos.
Si hacen bien las cosas, las marcas tienen la oportunidad de levantar desde cero comunidades de clientes extraordinariamente fieles.
Es cierto que la crisis va ser dura, muy dura, y nos infligirá no pocos daños. Habrá también muchos cambios y a ellos habrá solapadas no pocas oportunidades en materia comunicativa que no harán sino robustecer a todos aquellos se atrevan a hincarles el diente, concluye Weber.