AnunciantesVolkswagen observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos en Ucrania
La turbulenta situación geopolítica actual nubla los pronósticos de Volkswagen
Volkswagen activa el modo crisis pese a llenar el depósito hasta la bandera en 2021
Pese a sus excelentes resultados en 2021, Volkswagen contempla el futuro con enorme preocupación. A la compañía le causa zozobra la turbulenta situación geopolítica en Europa.
Volkswagen presentaba ayer las cifras correspondientes a su ejercicio de 2021 y, aunque los números puestos sobre la mesa por el fabricante automovilístico alemán fueron extraordinariamente abultados, en la presentación reinaron, sin embargo, las caras largas. Y es que Volkswagen mira el futuro con enorme preocupación. Además de la carestía de chips, a la compañía le provoca asimismo zozobra la turbulenta situación geopolítica en Europa.
En 2021 la empresa teutona de automoción contuvo la hemorragia provocada por la pandemia en 2020 y, pese a que los problemas casi crónicos provocados por la escasez de chips flagelaron inevitablemente su cadena de producción, Volkswagen obtuvo unos beneficios de más de 15.000 millones de euros.
Pese a tan exultantes resultados, la compañía tiene, no obstante, escasos motivos para sonreír. El retorno de la guerra a tierras europeas tendrá, no en vano, un impacto de primer orden en los costes de la energía y afectará también probablemente a los precios de los vehículos y la movilidad.
Nadie sabe además con exactitud cuánto se prolongará el conflicto bélico en Ucrania y qué consecuencias tendrá la guerra en la economía global y en la economía alemana en particular, que está fuertemente enfocada a las exportaciones. A Volkswagen le inquieta especialmente que el tenso clima geopolítico actual termine enturbiando su relación con China, que es, al fin y al cabo, uno de los mercados automovilísticos más importantes del mundo.
El optimismo con el que en circunstancias normales Volkswagen debería encarar 2022 se ha trocado en cautela
«En circunstancias normales seríamos optimistas en relación con el año 2022», apunta Volkswagen. Pero las circunstancias actuales nada tienen de normales, asevera la compañía. La multinacional alemana cree, no obstante, que su presencia en China seguirá siendo muy sólida en los meses venideros. La empresa teutona no contempla por ahora la posibilidad de el que gigante asiático, siguiendo el modelo ruso, invada Taiwán y desencadene allí un conflicto.
Más allá de con la guerra que se libra actualmente en Ucrania, Volkswagen tienen que bregar además con la inflación, que está particularmente desbocada en el ramo del gas, la gasolina y los combustibles. «Esperamos un fuerte incremento en los precios de las materias primas si la guerra continúa», advierte Herbert Diess, CEO de Volkswagen.
En el peor de los casos, señala Diess, el sistema económico entero podría comenzar a fallar. «Si la guerra se extiende, estaría seriamente amenazado un orden mundial que ha traído libertad y prosperidad a muchas partes del mundo», asevera Diess.
Con relación a una eventual expropiación de las empresas occidentales que operan en Rusia, el CEO de Volkswagen no oculta que esta circunstancia afectaría inevitablemente a sus actividades en el país euroasiático.
Como muchas otras compañías extranjeras, Volkswagen ha dado el alto a la producción y a las exportaciones en Rusia, pero sus clientes en este país siguen teniendo acceso a piezas de repuesto. La compañía está asimismo procurando soporte a su red de proveedores en Ucrania y está realizando donaciones a la población local.