House of Cards, la primogénita del "matrimonio" formado por la televisión y el Big Data
Cuando el actor Kevin Spacey y el director David Fincher presentaron a las productoras estadounidenses su idea para la serie House of Cards, todas miraron hacia otro lado. Nadie quería producir este thriller político. Con una excepción: el servicio de series y películas en streaming Netflix.
«Netflix fue la única compañía que creyó en nosotros. Los datos manejados desde Netflix garantizaban que su público vería nuestra serie», explica Spacey. En realidad, la decisión de apostar por House of Cards no fue una decisión visceral tomada desde el estómago sino desde la cabeza y con la frialdad de un puñado de datos como «consejeros».
Para decidir si House of Cards debía o no formar parte de la programación de Netflix, la compañía analizó con lupa el comportamiento de sus más de 30 millones suscriptores. Y el análisis de los datos le confirmó que sí, que House of Cards sería un éxito.
Tan seguro estaba Netflix de lo que le habían “chivado” los datos que no dudó en poner sobre la mesa 100 millones de dólares para la producción de 26 episodios del hoy famoso thriller político. Esta cantidad era más dinero de lo que joven compañía de internet había ganado nunca. Sin embargo, el “olfato” de los datos era bueno y House of Cards es hoy por hoy un éxito planetario que ha salpicado inevitablemente a Netflix.
Desde que House of Cards se convirtiera en serie de culto y fuera galardonada con tres premios Emmy, Netflix ha aumentado notablemente su base de suscriptores hasta superar la barrera de los 40 millones de abonados y sus acciones han pegado un brinco del 600%.
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Para “fabricar” éxitos basándose en los datos, Netflix no echa mano única y exclusivamente de los datos sus abonados. La compañía cuenta con un departamento que analiza minuciosamente las características de las series y películas que integran la oferta de Netflix. En una escala de 1 a 5 se valora de la forma más objetiva posible la autenticidad de los actores, la espectacularidad de las escenas de acción y el argumento de una serie o película. “Todas estas variables son muy útiles a la hora de realizar pronósticos”, asegura Michael Milnik, analista de datos de Blue Yonder. “Son importantes porque no sólo describen desarrollos que han tenido lugar en el pasado sino porque son capaces de detectar también nuevas tendencias”, recalca.
Netflix es consciente de que este tipo de variables son “oro puro”. No en vano, hasta el 80% de los vídeos que los usuarios ven en Netflix se basan en recomendaciones elaboradas previamente por un algoritmo.
Junto a Amazon, Netflix es pionera en los modernos sistemas de recomendación online. ¿El objetivo? Despertar en el usuario deseos que éste ni siquiera sabe que tiene. Se trata en definitiva de poner las cosas fáciles al usuario. “Los usuarios no vienen a Netflix para abrirse camino por sí solos entre toneladas de series y películas”, recalca Todd Yellin, responsable de Innovación de Netflix.
¿Está el futuro de la industria del entretenimiento en el análisis de datos? Parece que sí. Así lo cree al menos Kevin Spacey, uno de los artífices del éxito de House of Cards. “Hemos aprendido la lección que la industria de la música no fue capaz de aprender en su día”, dice el actor. “Hay que dar a la gente lo que quiere en el momento en que lo quiere en la forma en que lo quiere y por un precio razonable”, apostilla Spacey.