Las cifras de las ventas de video juegos hablan por sí solas: en 2003 se recaudaron 10.200 millones de dólares sólo en Estados Unidos, 700 millones más que con las películas. Y gran parte de las ventas proceden de juegos inspirados en ellas.

Esta tendencia comenzó a principios de los noventa, cuando se lanzó Star Games, un video juego basado en la «Guerra de las Galaxias». Sin embargo, en aquel momento no existían suficientes conocimientos técnicos para realizar buenas adaptaciones y el círculo de clientes potenciales era demasiado pequeño comparado con los costes de la compra de derechos.

Actualmente, las licencias para fabricar juegos sobre películas son muy rentables: con el de Spider Man se obtuvieron 100 millones de euros en Estados Unidos. Además, los fabricantes invierten tanto en la calidad de los juegos como en la licencia, ya que los realizadores de las películas les proporcionan los detalles y los actores se prestan para los estudios de cara y movimientos, y prestan su propia voz. Los últimos ejemplos son Catwoman o Shreck.

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