ChatGPT escribe libros en cuestión de horas (pero rara vez figura como coautor)
A ChatGPT le chifla la literatura y es un autor prolífico (pero permanece mayoritariamente en la sombra)
Pese a que ChatGPT es un autor bastante prolífico, su rol es más bien el de un "ghostwriter". O lo que es lo mismo, escribe libros a limón con escritores de carne de hueso que prefieren silenciar la participación de ChatGPT en sus obras.
ChatGPT es una inteligencia artificial extraordinariamente versátil y, más allá de responder con increíble precisión a las preguntas con las que la confrontan sus usuarios, es también perfectamente apta para la literatura. De hecho, desde que saliera oficialmente del cascarón en noviembre, ha escrito ya más de 200 libros para Kindle en la librería de Amazon.
Sin embargo, y pese a que ChatGPT es un autor bastante prolífico, su rol es más bien el de un «ghostwriter». O lo que es lo mismo, escribe libros a limón con escritores de carne de hueso que prefieren silenciar la participación de ChatGPT en sus obras.
Fiel a su naturaleza polifacética, ChatGPT hinca el diente a todo tipo de géneros literarios, desde la poesía hasta la literatura infantil, pasando por las guías de aprendizaje.
Con la inestimable ayuda del chatbot de OpenAI, pueden escribirse todo tipo de libros en apenas unas horas y, puesto es que la coautoría de ChatGPT tiende a encubrirse, el fenómeno de la «literatura robótica» plantea inevitablemente un debate ético.
Hoy por hoy la librería de Amazon, donde se autopublican cada año miles de libros, cierra el paso a aquellas obras que han incurrido en plagio, pero no contempla en ningún momento el uso de herramientas de inteligencia artificial para escribir libros.
El auge de la inteligencia artificial como herramienta literaria pone sobre la mesa muchos interrogantes, ya que esta esta tecnología evoluciona con tantísima celeridad que su regulación va inevitablemente a rebufo.
Hay cada vez más libros coescritos por ChatGPT (pero pocos autores mencionan la ayuda de la IA de OpenAI)
No solo Amazon ha sido confrontado en los últimos meses con centeneres de obras generadas (al menos parcialmente) con la ayuda de ChatGPT, también la publicación especializada en ciencia ficción Magazine Clarkesworld se ha visto directamente afectada por este fenómeno. La revista se ha visto obligado a suspender de manera temporal la publicación de relatos cortos tras recibir un auténtico aluvión de historia sospechosas de haber sido alumbradas con la inteligencia artificial (pero sin ninguna indicación clara al respecto).
Tanto en Amazon como en Magazine Clarkesworld muchos autores eluden mencionar la participación de ChatGPT en sus obras, por lo que resulta imposible examinar el impacto real de esta tecnología (condenada al rol de «ghostwriter») en la literatura.
No obstante, a algunos autores no les duelen prendas a la hora de reconocer que sin ChatGPT a su vera no habrían incursionado probablemente en la literatura. Es, por ejemplo, el caso de Brett Schickler que ha publicado recientemente en Amazon el libro infantil The Wise Little Squirrel. Protagonizada por una ardilla, la obra de Schickler ha sido escrita con la ayuda de ChatGPT, pero su participación es obviada en la descripción del volumen.
Más allá de escribir fragmentos de libros a partir de las indicaciones ofrecidas por el autor, ChatGPT se precia de poder replicar estilos de escritura (que pueden ser perfectamente ajenos al estilo de quien firma la obra en calidad de escritor).
Aunque la calidad literaria de los textos alumbrados por ChatGPT es cuestionable, muchos están explotando ya en su propio beneficio este filón. En su canal en YouTube Frank White se ufana, por ejemplo, de haber escrito en apenas unas horas la novela de ciencia ficción Galactic Pimp: Vol.1, que puede adquirirse en Amazon por un dólar. Nuevamente en la descripción de esta obra no se especifica la coautoría de ChatGPT.
En tanto en cuanto ChatGPT es una herramienta que se presta muchísimo a eventuales trampas, OpenAI está desarrollando un software para reconocer si un texto ha sido escrito o no por su chatbot (o su autor es, por el contrario, 100% humano). Sin embargo, la herramienta de OpenAI dista mucho de ser precisa.
También algunas universidades y otros centros educativos han tomado la determinación de vetar ChatGPT en sus dominios para evitar que los alumnos hagan trampas y se apoyen en ellas para realizar exámenes y trabajos.