En un futuro puede que la obsolescencia del software y hardware impidan el acceso a nuestros archivos digitales
¿Se acuerdan de los disquetes? Si hoy en día tuviéramos uno de ellos en nuestras manos, es más que probable que nos resultase realmente difícil encontrar dónde leer su contenido. En la actualidad estamos viendo como los CDs están en camino de seguir la estela de los disquetes, cayendo en desuso cada vez más frente a dispositivos más modernos y rentables como los USB o los servidores en la nube que permiten el almacenamientos digital de los datos. Pero ¿qué supondría la completa extinción definitiva u obsolescencia de estas herramientas?
Vint Cerf, actual vicepresidente de Google y uno de los padres de internet junto a Bob Kahn, cree que no es tan descabellado pensar que esto pueda suceder, y que si así fuera, las futuras generaciones carecerían de registros documentales del siglo XXI. A esta posible e hipotética situación se refirió la semana pasada en una conferencia en la Asociación Estadounidense para el avance de la Ciencia en San José (California, Estados Unidos) y la denominó como «era digital oscura».
Si el hardware y software que hoy conocemos quedara obsoleto, también los harían todas las fotos, documentos y otros archivos que guardamos en nuestros dispositivos, o lo que es lo mismo, todas nuestras fotografías, recuerdos y, en definitiva, gran parte de nuestra vida.
Cerf explicó que es posible que «aunque acumulemos vastos archivos digitales terminemos por no saber qué contienen», porque las siguientes generaciones se enfrentaría a la enorme dificultad, o incluso imposibilidad, de leer su contenido. Además recordó que esto ya se está viviendo en los documentos creados por versiones antiguas de programas que no se pueden abrir con las últimas versiones de los mismos, ya que «la compatibilidad con sistemas y aplicaciones anticuados no está garantizada».
Cerf se mostró muy preocupado por este asunto y lanzó un mensaje a la comunidad de usuarios de internet para que impriman sus archivos más preciados, así como para que hagan copias en servidores en la nube para que los recuerdos sean accesibles para las generaciones futuras. Pero también aboga por otras ideas, como la creación de unos museos que recojan todo el software y hardware que se cree o «retratar con rayos X el contenido, la aplicación y el sistema operativo, y guardarlo todo junto a la descripción de la máquina en la que se ejecutan», dando lugar a una especie de fotografía digital «que recreará el pasado en el futuro».