Los dispositivos móviles permitirán cada vez más personalización
Éstas son las tendencias que marcarán el futuro de la publicidad en dispositivos móviles
Los analistas pronostican que la publicidad en dispositivos móviles estará impulsada por los datos. Parece que ello incrementará el gasto publicitario en determinadas áreas y moverá a las grandes compañías a invertir en ciertas tecnologías. Si bien es cierto que hay un lugar para los datos en la creatividad móvil, algunos prefieren un enfoque más holístico para el futuro de la industria. Según escribe Doug Manson, vp of creative en AdColony, en Adweek.com, éstas serán las tendencias del futuro en la publicidad móvil.
En primer lugar, Manson destaca que el teléfono móvil no es solo un número, sino una representación visual de su usuario. Por ello, se podría ofrecer definitivamente al usuario anuncios personalizados. Las compañías de hardware móvil están aumentando sus esfuerzos en reconocimiento facial, lectura de huellas dactilares y todos aquellos otros sistemas que generen sentimiento de pertenencia.
En este sentido, con la cámara True Depth del iPhone X, los usuarios podían fotografiarse y crear un animoji en realidad aumentada. Con el ARKit de Apple, desarrolladores y artistas han conseguido acceso a las redes que generan estos animojis. Las posibilidades de la publicidad en dispositivos móviles en este sentido son enormes. Por ejemplo, las compañías de videojuegos móviles podrían importar avatares para mejorar la experiencia de los juegos en primera persona. Los anunciantes podrían personalizar los anuncios importando el avatar para hacer sentir como una parte integrante. Marcas como Starbucks o Lufthansa ya han tenido éxito con sus anuncios selfie, pero sigue siendo manual, requiriendo que la persona suba su foto. En la nueva era, los avatares serán dinámicos y automáticos, introduciendo además el factor sorpresa.
Estos avatares en 3D podrían también reimaginar el mobile commerce. Las marcas de retail ya están haciendo algunas cosas interesantes con la realidad aumentada en publicidad en dispositivos móviles, como ver cómo quedaría un sofá en el salón. Pero nadie todavía nadie ha respondido a la pregunta que muchos consumidores se hacen: ¿Cómo me vería con esto puesto? Si se pudiera vestir a ese avatar, mirarlo desde una perspectiva de 360 grados o hacer zoom en él, se podría obtener una experiencia muy parecida a la compra real. Asimismo, las marcas podrían crear sus propios emojis, que serían utilizados por los usuarios en sus conversaciones diarias.
Por otro lado, la realidad virtual podría ser el product placement 2.0, de forma similar al que ya tiene lugar en programas de televisión y películas, sin romper el ambiente. Por ejemplo, mientras se utiliza un videojuego estilo shooter en realidad virtual, se podría ver un billboard de una marca del mismo modo que se vería en la vida real. Esto complementaría la experiencia, sin interrumpirla, no como los interstitials que se encuentran entre niveles. Además, utilizando la esponsorización, por ejemplo obteniendo un cupón cada vez que se gana una carrera, podría ser una oportunidad de crear campañas más efectivas que generen más engagement.
Pero será la realidad aumentada la que salvará al sector retail. Los retailers ya han invertido alrededor de 450 millones de dólares en AR y VR en 2017, pero invertirán unos 3.200 millones de dólares en los próximos cuatro años, según IDC. Por ejemplo, los consumidores podrían escanear artículos que ven en una revista y automáticamente ser dirigidos a la página donde poder adquirirlo.
La realidad virtual también podría transformar la experiencia en tienda. Por ejemplo, combinando la emoción del Black Friday con una competición al estilo Pokémon Go, ofreciendo ofertas especiales invisibles para los demás consumidores.
En conclusión, las posibilidades creativas del móvil seguirán expandiéndose, a un ritmo impresionante. La habilidad de la industria publicitaria para aprovechar todos estos avances en los dispositivos móviles determinará si los anunciantes siguen siendo relevantes para una audiencia cuyas expectativas crecen correlativamente.