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Así es Bard, la respuesta de Google a ChatGPT

Google mete el turbo y presenta en sociedad Bard, su réplica al ubicuo ChatGPT

Esther Lastra

Escrito por Esther Lastra

La alternativa de Google al cada vez más omnipresente ChatGPT se llama Bard y comenzará a funcionar en el transcurso de las próximas semanas.

Al hablar de las eventuales víctimas que el cada vez más omnipresente ChatGPT podría llevarse por delante, a los labios de casi todo el mundo asoma el nombre de Google. Hay quienes profetizan que las respuestas directas y sencillas que pone sobre la mesa el famoso chatbot de OpenAI podría convertir en obsoletas las larguísimas listas de resultados de búsqueda de Google (donde se abren paso además enlaces patrocinados).

Quizás por ello la compañía de Mountain View ha decidido pisar el acelerador y apresurarse a presentar en sociedad su réplica a ChatGPT. La alternativa de Google a la herramienta de OpenAI se llama Bard y comenzará a funcionar en el transcurso de las próximas semanas.

Con modelo de lenguaje LaMDA en sus entrañas, Bard es un motor conversacional que funciona de manera similar a ChatGPT. LaMDA es un modelo lingüístico que Google lleva dos años implementando en diferentes dominios, pero que era huérfano hasta ahora de herramientas enfocadas a la conversación.

De manera muy similar a ChatGPT, Bard agasajará al usuario con respuestas en lenguaje natural a cualquier pregunta. Además, tendrá la habilidad de resumir información y alumbrar textos sobre cualquier tema ateniéndose a los requisitos marcados por el usuario.

«El objetivo de Bard es combinar la base de conocimientos del mundo con la potencia, inteligencia y creatividad de nuestros grandes modelos lingüísticos. Bard toma información de internet y la emplea para ofrecer respuestas actuales y de alta calidad«, señala Sundar Pichai, CEO de Google.

Bard se apoyará a priori en una versión reducida de LaMDA que arrojará resultados menos precisos pero que gracias a su menor tamaño precisará una potencia de cálculo menor y podrá llegar así a más usuarios (evitando potenciales caídas como las que están actualmente a la orden del día en la versión gratuita de ChatGPT).

La gran ventaja competitiva de Bard sobre su rival ChatGPT es que mientras la herramienta de OpenAI no tiene conocimiento más allá de 2021, el chatbot de Google se nutre de información compilada en la red de redes y puede así ofrecer respuestas actuales.

A día de hoy tienen acceso a Bard solo un puñado de personas, pero Google prevé ir ampliando poco a poco la lista de usuarios con acceso a esta aplicación.

La premura con la que la filial de Alphabet ha sacado del horno Bard tiene probablemente que ver con la circunstancia (en modo alguno casual) de que Microsoft presentará en las próximas horas la integración de ChatGPT en su buscador Bing. En las imágenes que se han filtrado ya de este servicio Bing se define a sí mismo como un «motor de respuestas impulsado por IA» y sus respuestas van acompañadas de los enlaces a las webs donde ha buceado para aprovisionarse de información.

El pasado mes de enero Microsoft anunció una inversión de 10.000 millones de dólares en OpenAI, la matriz de ChatGPT. Implementando esta herramienta en Bing la empresa de Redmond quiere añadir «superpoderes» a su motor de búsqueda y arañar así cuota de mercado al todopoderoso Google.

 

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