JAPÓN, LA TIERRA PROMETIDA DE LOS CÓDIGOS QR
Los códigos de barras son omnipresentes en el mundo actual. Desde los años 70, casi cualquier producto está identificado con uno de ellos. Pero dadas las limitadas posibilidades de este código de barras unidimensional, desde finales de los años ’80 se desarrollan los denominados códigos 2D. En lugar de líneas, los códigos 2D son un patrón algo más complejo, formado por líneas horizontales y verticales.
Una versión especial de los códigos 2D, desarrollada para la industria del automóvil por Denso Wave, es el código QR o quick response code, código de respuesta rápida. Desarrollado en Japón, desde hace varios años empieza a ser habitual en productos dirigidos al usuario final, donde se utilizan para que los consumidores interesados puedan recibir más información.
Los códigos QR se descifran con programas gratuitos de lectura, que se pueden encontrar para cualquier móvil que permita aplicaciones en Java. Se fotografía el código con la cámara del móvil y se envía al lector para que lo descifre y lleve al usuario a la información vinculada al código.
En Europa, se pueden ver estos códigos QR en algunos anuncios impresos, tanto en prensa como en soporte exterior, y también se utiliza para ampliar información en algunos artículos periodísticos, como hace a diario el periódico Welt Kompakt. También el servicio de ferrocarriles alemán, Deutsche Bahn, utiliza los códigos QR para los billetes de tren electrónicos.
Japón, la tierra prometida para el código QR
Sin embargo, en Japón los códigos QR están en todas partes. Adornan todo tipo de anuncios, publicaciones, flyers, latas de bebidas o sitios web. Incluso en las campañas electorales se utilizan. Para los japoneses, el código QR ya forma parte del día a día y de la cultura de consumo.
Por ejemplo, pueden estar presentes en revistas de compras. La información a la que lleve el enlace puede ser un enlace a la web del fabricante, pero también puede informar al usuario de donde está la tienda más cercana e indicarle el camino, con la ayuda del GPS integrado en el teléfono. Algunos grupos musicales ofrecen la descarga de nuevas canciones desde los códigos QR u ofrecen información sobre su nuevo álbum.
Los clientes de McDonald’s que quieran saber de qué está hecha su hamburguesa, hacen una foto al código impreso en el envoltorio. La marca de cerveza Sapporo explica cuál es la forma ideal de tomarse una cerveza pilsen en una página a la que se llega desde un código QR impreso sobre la botella. Incluso hay una publicación que reúne todos los códigos QR que ofrecen descargas gratuitas; la publicación se llama Píllalo gratis.
También en el mundo laboral, los códigos QR tienen una utilidad. Impresos sobre las tarjetas de visita, llevan al sitio web de la empresa o descargan al móvil los datos de contacto.
Por último, uno de los casos más llamativos. La funeraria Ishino Koe ofrece al público tumbas budistas con códigos QR integrados. Los clientes pueden subir a un servidor fotos o textos en memoria del difunto y cuando alguien visita la tumba puede acceder a estas dedicatorias mediante el código QR.
Una de las razones de la popularidad de los códigos QR en Japón es que los japoneses navegan más por internet con su móvil que los europeos, por ejemplo. En la actualidad, en Japón se navega en internet tanto desde el móvil como desde el ordenador. Y en el 70% de los casos se utilizan los códigos QR. Es la forma más sencilla y directa de encontrar información sobre un producto.
Ver Vídeo: LOS CÓDIGOS QR/BIDI OPTIMIZAN EL MARKETING Y LA PUBLICIDAD