El Parlamento Europeo ha aprobado una nueva directriz que proporciona mayor seguridad legal a las denominadas firmas electrónicas. Estas sirven como instrumentos de identificación para el comercio electrónico. Esta pauta crea en primer lugar una vinculación en el marco legal para toda la Unión Europea. Lo que se pretende con esto es equiparar las firmas electrónicas a las «normales», en todo tipo de transacciones comerciales.
Los gobiernos de Alemania, Francia y Grecia deben modificar sus leyes en materia de firmas, para adecuarse a las directrices de la Unión Europea. Esta marca unas normas mínimas a seguir para la responsabilidad de los servicios de certificación. De momento, en este ámbito, el mercado está siendo dominado por las empresas estadounidenses.