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Los motores de búsqueda nos hacen creer que somos unos

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Los motores de búsqueda nos hacen creer que somos unos "lumbreras" (sin serlo)

Esther Lastra

Escrito por Esther Lastra

motores de búsqueda Los motores de búsqueda nos proporcionan respuestas a todo aquello que desconocemos en un abrir y cerrar de ojos. Basta un par de clics para conocer los datos que le faltan a nuestro cerebro, cada vez más holgazán entre tanta maravilla tecnológica. Quizás por ello numerosos estudios de prestigiosas universidades de sugieren que Google y compañía nos están haciendo más «tontos».

Un matiz algo distinto tiene, sin embargo, un reciente informe de la Universidad de Yale. Según este estudio, los buscadores de internet obran el milagro de que la gente crea es que más «lista» de lo que es en realidad.

Los investigadores que firman este informe concluyen que los motores de búsqueda «pueden causar un fallo sistemático a la hora de reconocer hasta qué punto dependemos de conocimientos que en realidad nos son ajenos».

La investigación de la Universidad de Yale sugiere que en ocasiones los internautas confunden lo que es meramente conocimiento accesible con conocimiento personal.

Cuando buscan algo en internet, los internautas tienden a atribuirse como propios los conocimientos que allí encuentran y no son capaces de distinguir entre conocimientos propios, conocimientos de los que ya eran dueños antes de buscar en Google y otros motores de búsqueda, y conocimientos adquiridos.

Para llevar a cabo este informe, dirigido por Matthew Fisher, los investigadores sometieron a los participantes a hasta nueve experimentos diferentes.

En uno de estos experimentos los participantes tuvieron que responder a preguntas como “¿Por qué hay años bisiestos?” o “¿Por qué hay zonas horarias?”. A la mitad de los participantes se les pidió que buscaran las respuestas a estas preguntas en la red y la mitad restante tuvo que hacerlo sin internet como “muleta”. A continuación, los investigadores solicitaron a todos los participantes que valoraran su capacidad para razonar las respuestas a determinadas preguntas no relacionadas temáticamente con las cuestiones planteadas con anterioridad.

El experimento reveló que los participantes que habían buscado previamente información en internet se valoraron a sí mismos como más capaces de responder oportunamente a las preguntas de la segunda fase. Incluso cuando los investigadores manipularon los buscadores para que estos no produjeran ningún resultado, los participantes que echaron mano de internet para buscar las respuestas a las preguntas de la primera fase se catalogaron a sí mismos como más eruditos que aquellos que no utilizaron en ningún momento los motores de búsqueda.

 

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