Los navegadores están empezando a reaccionar ante las diversas críticas hacia el rastreo de la navegación de los usuarios para poder ofrecerles publicidad personalizada en función de sus intereses. Google ya ha anunciado que su navegador implantará una fórmula par limitar este rastreo y Microsoft y Firefox preparan sus propias soluciones. Unas iniciativas que se toman después de que el año pasado las autoridades estadounidenses denunciaran la deficiente autorregulación de este sector.

El pasado año ya se anunció que la nueva versión de Internet Explorer incluiría un sistema contra el rastreo basado en la Tracking Position List, en la que el internauta elige los sitios donde no permite el rastreo, y la Tracking Protection, que permite conocer los sitios que recopilan información de la navegación. Además, Google ha mejorado su sistema gracias a la complicidad de algunas empresas que admiten la negativa del internauta al rastreo.

El navegador de Firefox, por su parte, eviará un aviso a los responsables de la web anunciando que el internauta no quiere que se registre su historial de navegación con fines publicitarios. El problema es que el titular de la web será el que decida si respeta o no la voluntad del usuario.

Por otro lado, un grupo de compañías de publicidad ya ofrece la posibilidad a los usuarios de incluirse en una lista para evitar el rastreo. Se trata de una herramienta de cancelación (NAI) para permitir a los consumidores “no participar en la publicidad personalizada que nos proporcionan nuestras empresas colaboradoras”. Pero que un usuario se incluya en esta lista no implica que deje de recibir publicidad online sino que “significa que la red en la que no desea participar dejará de enviarle anuncios adaptados a sus preferencias web y a sus patrones de uso”.