El AirTag no es adecuado como sistema de rastreo de los perros
Por qué rastrear a los perros con AirTags es una idea malísima (y engañosamente "sabrosa")
Si bien emplazar un AirTag en el collar de un perro puede resultar a bote pronto una buena idea, no lo es en absoluto. Y tanto Apple como los veterinarios lo desaconsejan.
Los AirTags, los famosos dispositivos para rastrear productos perdidos de Apple, son utilizados por algunos para no perder de vista a sus perros (aunque los «gadgets» de marras no están en modo concebidos para tal fin).
Si bien emplazar un AirTag en el collar de un can puede resultar a bote pronto una buena idea, lo cierto que el dispositivo solo ayudaría a encontrar al animal si este permaneciera en las inmediaciones del hogar de su propietario. Además, si el perro se escapara, la persona que eventualmente lo encontrara debería estar pertrechada necesariamente de un iPhone o un iPad para detectar el AirTag adosado a la mascota.
Y aun cuando los AirTags se han revelado en ocasiones útiles para encontrar a perros extraviados, no quiere decir que esta fórmula sea la más adecua para seguir la pista a nuestras queridas mascotas.
Ello no ha impedido, no obstante, que toda una miríada de fabricantes de accesorios para perros se estén sacando de la chistera collares y correas compatibles con el AirTag de Apple. Y tampoco los dueños de canes se están absteniendo de emplazar este dispositivo en sus canes (pese a las advertencias).
El AirTag no es adecuado como dispositivo de rastreo de los perros (y puede además lastimar potencialmente su salud)
The Wall Street Journal se ha hecho echo recientemente de un puñado de historias que evidencian que los AirTags no son en modo algunos los mejores dispositivos de rastreo para perros.
Uno de los dueños de canes entrevistados por el rotativo neoyorkino asegura que perdió de vista a un AirTag previamente adosado al collar de su perra Sophie. Y cuando activó la alerta de sonido del dispositivo, descubrió que este estaba sonando en las entrañas del estómago de su otro can: Sassy.
El propietario logró eventualmente que Sassy expulsara el AirTag y, tras comprar un nuevo accesorio para colocar el dispositivo, lo volvió a colgar del collar de Sophie.
Más desafortunada es el caso relatado por una pareja cuya perra, Rose, masticó el dispositivo de rastreo de Apple e ingirió pedazos de plástico y metal mientras sus dueños estaban fuera de casa.
Una visita al veterinario reveló que el animal se había tragado varias partes del AirTag, pero no había engullido afortunadamente la batería del «gadget».
Otro propietario no tuvo, no obstante, tanta suerte. Cuando Luna, su perrita de apenas seis meses, se tragó un AirTag, su dueño decidió llevar al animal al veterinario. Aunque los facultativos intentaron que Luna vomitara el AirTag, no lograron que la perra lo expulsara y decidieron someterla a una intervención quirúrgica.
Durante la operación el cirujano fue, no obstante, incapaz de localizar el AirTag en el interior del estómago de la perra y la mandó a casa, donde seis semanas más tarde Luna terminó vomitando el dispositivo por sí misma.
No es únicamente Apple quien disuade a los dueños de perros de utilizar el AirTag para rastrear a sus mascotas, también los veterinarios desaconsejan con vehemencia esta práctica.
Al fin y al cabo, puesto que los AirTags contienen baterías, existe un riesgo importante de que se produzca una fuga en tales baterías y ello acabe lastimando los órganos de los animales. El peligro de que haya fugas en las baterías se incrementa notablemente si estas han sido previamente mordidas y permanecen durante un periodo prolongado en el estómago de los perros.
En lugar de utilizar el AirTag para rastrear a los perros, es mucho más aconsejable y útil poner a los animales un microchip que tanto las clínicas veterinarias como los refugios pueden escanear fácilmente para localizar sus dueños.