La bondad y la maldad de la tecnología, a debate en DLD 2020
La tecnología, ¿una fenomenal herramienta que se está trocando en perversa amenaza?
Aunque en torno a las nuevas tecnologías hay revoloteando muchísimas oportunidades, lo cierto que a ellas hay adosadas también no pocas amenazas.
Fuertemente crítico con el capitalismo y poniendo una advertencia muy clara sobre la mesa: que el afán por cosechar beneficios y por crecer (de manera descontrolada) ha colocado al mundo al borde del precipicio. Así se mostró el premio Nobel de las Paz Muhammad Yunus durante su intervención ayer en la conferencia DLD en Múnich (Alemania).
«Estamos ante una auténtica bomba de relojería en el plano social, político y económico. Esto no puede continuar», aseveró.
Todo el mundo es consciente de que es probablemente demasiado tarde para cambiar el rumbo de las cosas, pero todos hacen como si nada, se lamentó Yunus. «Es algo extremadamente frustrante», indicó.
A ojos de Yunus los responsables de semejante estropicio son quienes llevan la batuta del poder político y empresarial (y presumen también de sacar músculo en materia tecnológica).
En la edición de este año de DLD Yunus no fue el único que impregnó su discurso de fuertes críticas. La periodista filipina Maria Ressa acusó a redes sociales como Facebook de utilizar las plataformas en las que echan raíces para promover el alzamiento de políticos autoritarios.
Las redes sociales necesitan urgentemente una desintoxicación
«La ira y el odio se difunden de manera extraordinariamente rápida en la redes sociales», recalcó Ressa. Idéntica opinión comparte el investigador estadounidense Sinan Aral, que ha evaluado los mensajes tóxicos que campan a menudo totalmente a sus anchas en Twitter.
Pese a las críticas enunciados, prácticamente todos han coincidido en señalar en DLD que la tecnología porta sobre sus hombros con toda una pléyade de oportunidades. De acuerdo con Stefan Oschmann, CEO de Merck, desarrollos tecnológicos como la computación cuántica abren de par en par la puerta a un progreso sin precedentes. Aun así, para que el progreso se materialice realmente en algo concreto, hay por delante aún un trabajo enorme, subrayó Oschmann.
Por resolver hay todavía muchos problemas técnicos, incógnitas relativas al consumo de energía y cuestiones de naturaleza técnica. «Tenemos que discutir las consecuencias de las nuevas soluciones tecnológicas», enfatizó Oschmann. Se precisa un nuevo acceso para hacer de las nuevas tecnologías aquello que deberían ser realmente: herramientas y no amenazas.
La gente debería ser dueña de sus propios datos y los pesos pesados que a día de hoy controlan las infraestructuras tecnológicas deberían ser fragmentados, indicó, por su parte, el político y cofundador de la web Pirate Bay Peter Sunde.
En su intervención Sunde se lamentó de la ingenuidad de los pioneros de internet, que tenían la idea, a todas luces utópica, de que la red de redes iba a ser una red global de comunidades de naturaleza gratuita. Al final, y por culpa del candor de esos pioneros, internet ha terminado controlado por aquellos que son propietarios de las infraestructuras tecnológicas.
¿Promueve la tecnología la discriminación?
El comisario europeo de Mercado Interior Thierry Breton prometió en Múnich que en virtud de su cargo protegería los intereses de las compañías europeas de tecnología. «Al fin y al cabo, se trata del futuro de Europa«, destacó.
La activista e informática estadounidense Joy Buolamwini advirtió en DLD que la discriminación y el racismo en la vida cotidiana se reflejan también como un espejo en la inteligencia artificial (y corren el peligro de reforzar prejuicios ya existentes). En el marco de sus investigaciones Boulamwini descubrió, por ejemplo, que los sistemas de reconocimiento facial funcionan particularmente mal a la hora de identificar a las mujeres de raza negra.
Y hay además proveedores que ponen su tecnología en manos de las autoridades para identificar a determinados grupos étnicos en los vídeos. Ni que decir tiene que este tipo de procederes pueden dar alas al racismo, señaló.
Advertencias ha habido muchas durante las dos primeras jornadas de DLD, pero todas podrían reducirse en realidad a la siguiente pregunta (planteada por Yunus): «¿Qué tipo de vida queréis para vuestros nietos?». Lo cierto es que «nuestros nietos no podrán vivir la vida que conocemos», aseguró Yunus.
A las calamitosas consecuencias del cambio climático hay que unir la injusticia social, que a día de hoy ha logrado echar raíces en todos los rincones del planeta, señaló el premio Nobel de la Paz en 2006.