La risa es probablemente una de las primeras herramientas de comunicación del ser humano. Mucho antes de aprender a hablar y a escribir, cuando estamos aún en la cuna, la risa es una suerte de altavoz que nos ayuda a comunicarnos con el resto del mundo.

Lo mejor de la risa es que no conoce barreras, ni lingüísticas, ni culturales ni demográficas. Por eso, y en vista del poderío de la risa no resulta nada extraño que el humor sea uno de los ingredientes más sabrosos de los contenidos volcados por las marcas en los social media.

Hay muchas razones para salpimentar el social media marketing con humor. A continuación, y de la mano de ClickZ, repasamos las más importantes:

1. Crea unidad
La risa es social. Nos reímos 30 veces más cuando estamos rodeados de otras personas que cuando estamos solos. Las carcajadas aflojan tensiones y prenden la mecha de la unidad entre los grupos. Hacer reír a los internautas en las redes sociales es crear también un sentimiento de comunidad y de conexión entre marcas y seguidores.

2. Desencadena respuestas emocionales
El humor obra el milagro de alumbrar sentimientos positivos. La risa libera endorfinas, relaja el cuerpo, estimula el sistema inmunológico y ayuda a aliviar el estés. Estas respuestas psicológicas y químicas son inconscientes y proporcionan una inmensa sensación de placer. Utilizando el humor en nuestras estrategias en los social media podemos asociar nuestra marca a sentimientos positivos.

3. Hace que las marcas sean más memorables
Los sentimientos positivos tienen el poder de generar recuerdos. Sólo el 42% experiencias de carácter positivo cae en el olvido. En cambio, el 60% de las experiencias negativas termina diluyéndose en la memoria. Nadie recuerda un post aburrido en Facebook, pero sí recuerda un post que ha conseguido dibujarle una sonrisa en el rostro.

4. Proporciona a las marcas valiosos “insights” sobre la audiencia
Lo divertido está a medio camino entre los benévolo y lo violento. Y para descubrir dónde se funde realmente lo benévolo con lo violento, las marcas están obligadas a experimentar y asumir riesgos. Eso sí, los “insights” que ganan por el camino son de un valor incalculable.