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El "postureo" de los influencers, reprobado por el consumidor

El consumidor se revuelve contra el "postureo" salido de madre de los influencers

Esther Lastra

Escrito por Esther Lastra

Cada vez más consumidores reniegan de aquellos influencers con quienes no se sienten convenientemente identificados.

El estilo de vida del que presumen los influencers de las redes sociales está revestido a menudo de una gruesa pátina de «postureo» y ello impide que el consumidor conecte adecuadamente con los contenidos que publican los prescriptores en las plataformas 2.0. De hecho, en un momento en que el coste de la vida se ha disparado como consecuencia de la inflación cada vez más consumidores reniegan de aquellos influencers con quienes no se sienten convenientemente identificados por estar a años luz de su propia realidad (mucho menos próspera).

De acuerdo con un reciente informe llevado a cabo en Reino Unido por Accenture Song, el contenido de los influencers que peca de excesivamente opulento e irreal está perdiendo adeptos entre los consumidores, en particular entre los más jóvenes.

El 24% de los consumidores de entre 25 y 24 años y 19% de los jóvenes de entre 16 y 24 años confiesan haber dejado de seguir las cuentas de prescriptores cuyos contenidos reflejan un estilo de vida con el que no se sienten identificados. El aumento del coste de la vida está haciendo que el contenido de corte aspiracional nacido de las entrañas del influencer marketing sea menos pródigo en eficacia que lo era otrora.

Además, el 21% de los consumidores confiesan que están actualmente menos prestos a dejarse influir por los contenidos y las recomendaciones de los influencers y el 20% tiene asimismo muestra asimismo una mayor predisposición a pasar completamente por alto el contenido de los prescriptores.

El «deinfluencing» gana enteros

La creciente renuencia con la que el consumidor contempla el contenido de las marcas está afectando también a su percepción de las marcas. El 33% de los consumidores ha dejado de comprar productos y servicios de marcas que no tienen en cuenta el aumento del coste de la vida. Y el 32% lo ha hecho porque las marcas en cuestión han hecho gala de un comportamiento injusto, ofensivo y poco ético.

El hecho de que el coste de la vida se haya disparado ha acelerado asimismo la popularidad del denominado «deinfluencing». El 22% de los consumidores admite haber interactuado con contenido nacido al calor del «deinfluencing», que invita a los usuarios de las redes sociales a dejar de comprar productos y servicios de determinadas marcas (las más caras en particular). Entre los jóvenes de entre 16 y 24 años este porcentaje pega el estirón hasta el 33%. Además, el 64% de los consumidores adscritos a este grupo de edad ha dejado de comprar una marca en particular tras haber sido confrontados previamente con el «deinfluencing».

La pujanza del «deinfluencing» podría estar dando inadvertidamente alas a hábitos más sostenibles por parte del consumidor. No en vano, un estudio publicado a principios de año por Unilever concluyó que tres de cuatro consumidores están más predispuestos a desarrollar comportamientos beneficiosos para el medio ambiente después de contemplar contenido relacionado en las redes sociales. Y en esta misma línea, el 83% de la gente considera que TikTok e Instagram son buenos lugares para aprovisionarse de información para vivir de manera más sostenible.

 

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