Ha llegado la hora de dejar Facebook
Facebook se ha acabado. Vale, posiblemente sus 800 millones de usuarios y la salida a bolsa de la red social indiquen lo contrario. Pero la sobrevaloración de Facebook en Wall Street y la actitud de la red social hacia sus usuarios, está haciendo que muchos usuarios consideren que ya han tenido suficiente. De hecho, meses antes de que la salida a bolsa viera la luz, muchos empezaron a abandonar Facebook para dirigirse a Twitter, LinkedIn o Google+.
Agnósticos o desencantados con la red social que están orgullosos de decir por qué no quieren formar parte de Facebook, o por qué decidieron borrar sus cuentas, y animan a los demás a hacerlo. Juntos, y en otras redes sociales, hablan sobre por qué dejaron o planean dejar Facebook, y en su página web venden tazas y camisetas con el lema “no estoy en Facebook”. Un grupo de rebeldes, casi antisistemas desde el punto de vista de los social media, que han escapado de la cultura Facebook centrada en compartir, constantemente, los detalles más mundanos del día a día.
En su cuenta en Twitter, ‘I’m not in Facebook’ retweetea las conversaciones de los usuarios, además de anuncios y tweets sobre personas que han dejado o están planeando dejar Facebook. Gente que se ha cansado de leer actualizaciones de estado, o simplemente se ha dado cuenta de que la experiencia Facebook, como experiencia vital, no vale para ellos. Y van en serio: “vendí mi iPhone, me borré de Facebook. Probablemente venda mi alma pronto. ¿Interesados?” tweeteaba @gwapz.
Pero, lejos de lo que puede parecer una misión bastante seria contra el imperio Zuckerberg, el proyecto anti-Facebook empezó como una broma en octubre de 2010 de manos de Tim Woods, un diseñador gráfico de virginia del Norte. “La página era un regalo de cumpleaños para mi mujer porque no podía soportar Facebook. siempre hablaba con mi madre sobre ello, que también odia Facebook. Y pensé, hay una camiseta en esto”. Después, empezó a mandar camisetas a todos sus amigos y familiares y, pronto se dio cuenta de que el sentimiento anti-Facebook es realmente un fenómeno global.
“Vendemos productos en Polonia, Italia, por toda Europa, Canadá, Estados Unidos, México. También hay un gran sentimiento anti-Facebook en Siria y la comunidad islámica. Nos sorprende que, incluso aunque tengamos una base de clientes pequeña, seamos bastante diversos”, explicó Woods. Eso sí, el objetivo no es acabar con Facebook, sino fomentar la conversación en torno a este asunto y con otras personas con ideas similares.
Por ejemplo, @notonfacebook retweeteó recientemente la historia de Cindy La Ferle, una bloggera que dejó Facebook y cuya experiencia merece ser leída. “Siempre he creído que la amistad real es recíproca, no promocional. Y seguramente más que virtual. Los amigos de verdad hacen algo más que pinchar “me gusta” en tu estado. Los amigos de verdad te llaman directamente al teléfono, envían cartas, te ayudan a mover los muebles, quedan para desayunar, cuidan a tu gato o hacen cualquier esfuerzo tridimensional para estar ahí para ti”, aseguraba La Ferle en su post.
Y la verdadera razón por la que la blogger abandonó Facebook no era simplemente que no disfrutara del nivel “promocional” de las relaciones de Facebook, sino que había mucho más: “Por supuesto, necesitas tiempo extra para una relación real como esa. Mi ‘red’ en Facebook estaba devorando parte de este tiempo, y estaba empezando a sentirme culpable por ello. En resumen, Facebook se estaba convirtiendo en una herramienta para promocionarme a mí misma, con unas pocas fotos familiares para ser bien valorada… Siempre he intentado evitar las relaciones unilaterales, pero Dios, ahí estaba, dirigiendo una por mí misma”.