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El irresistible auge del 'live shopping'

"Live shopping", la moda venida de Asia que se dispone a encaramarse al trono 2.0

Esther Lastra

Escrito por Esther Lastra

El "hype" en torno al "live shopping" brota en realidad de la creciente demanda en los social media de algo aparentemente inaprehensible como la inspiración.

live shopping

Autor de la imagen: Raccoon Factory

Puede que por estos lares el «live shopping» (aquel que amalgama en tiempo real dos conceptos: e-commerce e influencer marketing) les suene a muchos a chino. Pero lo cierto es que en otras partes del mundo (en Asia en particular) esta tendencia lleva ya asentada desde hace tiempo.

Que las estrellas de la galaxia 2.0 tengan a bien bajarse del pedestal para llevarse (virtualmente) de compras a sus fans mediante el «live video» es una fórmula (parece que milagrosa) que ha arraigado con muchísima fuerza en el lejano Oriente.

Esta nueva experiencia de compra tiene a su vera a miles de seguidores en múltiples plataformas 2.0 y sus audiencias son a menudo millonarias. Solo en Douyin, el TikTok chino, el botón de compra directa de esta red social ha puesto millones de euros en manos de los retailers (gracias al «live shopping»).

Las interacciones de los fans están perfectamente imbricadas en este tipo experiencias, donde se azuzan las ventas mediante los códigos promocionales y otras tácticas de venta.

El «hype» en torno al «live shopping» brota en realidad de la creciente demanda en los social media de algo aparentemente inaprehensible como la inspiración. En las redes sociales los usuarios buscan activamente ideas para sus próximos «outfits» o para redecorar sus hogares. Aproximadamente el 70% de los usuarios de Instagram se valen de esta plataforma para descubrir nuevos productos, tal y como recoge Horizont. En el océano de la inspiración se mueve también como pez en el agua Pinterest, que cuenta de hecho con la funcionalidad «Shop the Look».

Parece que el tan cacareado social commerce (ese que tantísimos años ha tardado en eclosionar) ha adquirido por fin verdadero sentido (y lo ha hecho en buena medida espoleado por las funcionalidades técnicas necesarias para dar alas a las ventas en las redes sociales).

El «live shopping» inagura una nueva dinámica en el social commerce para meter en la coctelera las ventas y el entretenimiento de manera simultánea. Se trata no solo de azuzar las conversiones sino también de procurar diversión a las fans para apuntalar los cimientos de su lealtad.

«Live shopping», el social commerce elevado a su máxima expresión

Esta fórmula de nueva hornada se adapta a todo tipo de contenido y, debido a su duración limitada y su elevada dosis de entretenimiento, crea lazos muy estrechos entre marcas y clientes.

La credibilidad del influencer que participa en el «live shopping» se transfiere de manera directa al producto y el hecho de que la compra tenga lugar en vivo y en directo da un nuevo sentido a la inmediatez en clave marketera.

El producto mostrado en pantalla parece extraordinariamente accesible cuando el prescriptor de turno se dispone a probarlo y en el último término a comprarlo. Y tiene lugar una fusión atinadísima entre contenido y comercio (ya que la comunidad tiene la oportunidad e interactuar de manera muy activa con los influencers que participan en las sesiones de «live shopping»).

Para los más jóvenes el acto de comprar en internet está completamente emancipado de necesidades específicas y está terriblemente a merced del dúo conformado por inspiración y entretenimiento. En este sentido, los millennials y los centennials hallan en las plataformas 2.0 la perfecta horma de sus zapato, adonde no acuden específicamente para comprar, pero pueden eventualmente terminar haciéndolo.

Debido a lo cómodos que se sienten en las redes sociales los jóvenes se sienten particularmente prestos a la compra impulsiva de productos y servicios en estas plataformas (si son agasajados, eso sí, con elevadas dosis de inspiración y entretenimiento).

El «live shopping» procura cobijo a no pocas oportunidades, pero tales oportunidades son inevitablemente deudoras de la técnica. Y en este respecto TikTok y Douyin están a años luz de sus directos rivales.

Puede que en Europa el «live shopping» sea (en buena medida por la ausencia de funcionalidades técnicas) apenas una entelequia, pero el futuro 2.0 caminará inevitablemente de la mano de esta tendencia. No podía ser de otra manera en una fórmula en la que entretenimiento e inspiración forman una pareja de baile tan perfecta.

 

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