Facebook se vanagloria de tener más de mil millones de usuarios repartidos por todos los rincones del planeta. La compañía de Mark Zuckerberg es una plataforma abierta a todo el mundo en la que no se cierra la puerta a nadie. Facebook es la red social más grande del mundo, pero también de alguna manera la menos «exclusiva».

La exclusividad se vende muy cara en el universo 2.0, pero se vende al fin y al cabo. Es lo que hace al menos Netropolitan, una red social para ricos en la que el «billete de entrada» se paga al “módico” precio de 6.000 dólares a los que hay que añadir otros 3.000 dólares que el usuario debe pagar anualmente si quiere tener acceso continuado a esta plataforma.

Además de disfrutar de una economía saneada para hacer frente a los gastos de suscripción de Netropolitan, el usuario debe tener al menos 21 años y comprometerse a utilizar su nombre real en la red social. El usuario está obligado asimismo a especificar su lugar de residencia y publicar única y exclusivamente posts en inglés.

La lista de “obligaciones” de los usuarios de Netropolitan no termina, sin embargo, aquí. Los usuarios de esta red social deben comprometerse a no divulgar las identidades de otros miembros y a no realizar “pantallazos” del contenido publicado en Netropolitan para su difusión pública.

Netropolitan, que nace con el objetivo de hacer del secretismo su mejor baza, cuenta ya al parecer con varios centenares de miembros y ha sufrido incluso una “caída” como consecuencia del enorme volumen de tráfico sufrido por sus servidores.

Aunque esta nueva red social rezuma misterio, un indiscreto “pantallazo” revela que su interfaz está a medio camino entre Google + y Facebook.

Pese a enarbolar con orgullo la bandera de la exclusividad, lo cierto es que Netropolitan tiene página en Facebook, donde los usuarios no paran, por cierto, de verter comentarios mordaces contra esta exclusiva pero carísima red social.