Que las agencias de medios no son del todo transparentes en los descuentos que aplican a sus clientes es un secreto a voces en la industria «marketera». Sin embargo, la mayor parte de los anunciantes prefiere mirar hacia otro lado. Aunque, como en todo, hay excepciones a la norma.

Es el caso de la marca alemana de golosinas Haribo, que hace unos años llevó a los tribunales a la agencia de medios Mediaplus para exigir a ésta «luz y taquígrafos» en su (oscurantista) política de descuentos (con la connivencia de la central de medios Magna Global Mediaplus).

En agosto de 2014 la Audiencia de Múnich, el tribunal que se hizo cargo de este caso, dictaminó que las agencias de medios estaban efectivamente obligadas a poner al tanto a sus clientes de sus políticas de descuentos (siempre y cuando no hubiera ninguna cláusula contractual que lo impidiera).

¿El problema? Que en el caso de Haribo quien gestionó los descuentos de agencia no fue Mediaplus directamente sino Magna Global Mediaplus, con la que la marca teutona no tenía relación contractual alguna.

Y precisamente por este motivo la Audiencia de Múnich determinó que, al no existir ninguna relación contractual entre Haribo y Magna Global Mediaplus, esta última empresa no estaba obligada en realidad a informar a la marca de golosinas de su política de descuentos.

No contenta lógicamente con este dictamen, que excluía además una revisión del caso, Haribo decidió presentar después un recurso ante el Tribunal Supremo de Alemania, que ha decidido finalmente aceptarlo.

Si el Tribunal Supremo da finalmente la razón a Haribo, podría sentarse un precedente de graves consecuencias para las agencias de medios y sus oscuros (y según algunos, perversos) tejemanejes.