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¿Cómo corregir las desigualdades a través del diseño?
El diseño como elemento clave para impulsar la inclusión y corregir las desigualdades de género
La igualdad de género también se trabaja a través de la innovación y el desarrollo.
La Organización de Naciones Unidas lleva años trabajando intensamente en su Agenda 2030, concretamente en los Objetivos para el Desarrollo Sostenible. Este propósito sustituye, de algún modo, a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, fijados a inicio de siglo y que fueron readaptados a esta nueva realidad de alarmante crisis ambiental.
Sin embargo, esta agenda se ha visto fuertemente comprometida debido a la situación derivada del Covid 19, que ha hecho saltar por los aires muchos escenarios que se asumían como seguros.
Por tanto, la situación actual demanda nuevas exigencias de compromiso tanto a agentes públicos como privados, es decir, estados y administraciones públicas y empresas, para luchar frente a desigualdades y brechas aún muy presentes en nuestro día a día. Una de ellas es la desigualdad de género y el empoderamiento femenino.
La innovación y la digitalización como actores clave en el impulso por la inclusión
La coyuntura en pleno año 2021, cuando la pandemia provocada por el Covid 19 parece controlarse, al menos en los países con más recursos económicos, obliga a acometer cambios que vayan más allá de los enfoques tradicionales en los que han venido trabajando la ONU y otras entidades para resolver las cuestiones de desigualdad de género.
Hasta el momento, según explica Enrique Grandía, fundador de GRAND, la dinámica que debería integrarse en la sociedad actual es la de propiciar los cambios sociales desde la empatía, situando a las personas en el centro y midiendo el impacto generado en términos económicos, ecológicos y sociales.
GRAND está ocupando un papel importante en esta nueva concepción de cambio impulsada por Naciones Unidas en su proyecto “Innovation Pathways for Gender Equality”. La tarea consiste en acelerar los planes creados por mujeres a través de estrategias de innovación, creación, análisis de comportamiento y design thinking.
Otra de las intervenciones clave de GRAND como estudio de diseño es la “Beijing Declaration and Platform for Action”, donde se pone de manifiesto cómo la discriminación de género y la violencia hacia niñas y mujeres tiene importantes consecuencias a nivel de subdesarrollo y agravamiento en las brechas de género.
Crecer desde el diseño, innovaciones de mujeres para mujeres
La ONU ha encargado recientemente a GRAND un proyecto para conectar, crear y acelerar el crecimiento y nuevos modelos de negocio en mujeres de diferentes partes del mundo, concretamente en Europa y Asia Central.
Naciones Unidas sostiene que las mujeres deben ser parte importante de las innovaciones que pondrá en marcha la sociedad en los próximos años, pues para ello conforman más de la mitad de la Humanidad. Entre estas innovaciones aparecen disciplinas como la inteligencia artificial o la banca móvil, entre otras.
Todas estas propuestas se han plasmado en un primer evento online de UN Women en el que han participado más de 200 mujeres procedentes de hasta 12 países asiáticos y europeos. El objetivo era acelerar la interacción y ampliar las redes de contacto, para mejorar productos y servicios, impulsar los canales de venta y generar más canales de venta, pero siempre desde una visión sostenible.
La idea a futuros es que este encuentro se mantenga, es decir, haya nuevas ediciones de la Women’s Entrepreneurship Expo para captar a más mujeres con inquietudes y mentalidad emprendedora.
Poner al planeta en el centro de las decisiones
La elección de GRAND como agencia o vehículo para avanzar en el proceso de reducción de la brecha de género a nivel empresarial es acertada, pues esta agencia lleva años trabajando con las empresas en esta dirección.
Muchos de sus proyectos pasan del user-centered design al Human Centered Design, e incluso un paso más allá, al Planet-centered aproach. La idea es concebir productos y servicios en los que se ponga al planeta en el centro de las decisiones y donde la sociedad tenga más peso que el individuo.
De algún modo, todos estos objetivos casan muy bien con los principios que pregonan las filosofías ecofeministas. A juicio de Enrique Grandía, las empresas deben tener su propia Agenda 2030 e incluir en ellas metas encaminadas hacia la transformación digital, el crecimiento sostenible, la diversidad, la inclusión y la igualdad de género. Todo ello es posible desde el diseño y la humanización de las empresas como fuerza impulsora de estos cambios.