Un homenaje a los trabajadores invisibles
El decir 'no' a una idea es el gran poder de los marketeros que no utilizan tanto como deberían
En muchas ocasiones todo se hubiera solucionado o no hubiera llegado a mayores con un 'no' a tiempo, durante el proceso creativo o la toma de decisiones. Esa es la opinión del Ad Contrarian más famoso del mundo de la publicidad y el marketing: Bob Hoffman.
Todos y cada uno de los ciudadanos del mundo recuerdan en sus mentes las grandes equivocaciones de la industria de la publicidad. Desde la metida de pata de Pepsi con el anuncio protagonizado por Kendal Jenner como algunas de las acciones con tintes machistas o racistas de las que han pecado muchas marcas a lo largo de la historia.
Seguramente todo se hubiera solucionado o no hubiera llegado a mayores con un ‘no’ a tiempo, durante el proceso creativo o la toma de decisiones. Esa es la opinión del Ad Contrarian más famoso del mundo de la publicidad y el marketing: Bob Hoffman. Y es que, cada artículo y texto que publica y comparte está marcado de una sonada crítica y visión dura sobre el mundo publicitario.
En esta ocasión Hoffman ha puesto en el centro de su crítica el poder de la palabra ‘no’ a la hora de ir hacia adelante con ideas que no son tan buenas como quieren vender. «No tengo dudas de que las industrias de publicidad y marketing generan muchas más ideas malas que nunca se producen que las buenas ideas que se producen, alguien tiene que separar el trigo de la mierda», señala. Él mismo, como director creativo, por cada anuncio que aprobó rechazó otras 10.
Esto quiere decir que hay un gran espacio abierto en la apreciación de la importancia de decir no. Y es que, a la hora de reconocer el trabajo de las personas a través de premios anuales, se galardonan personas con ideas buenas pero no a las personas «invisibles» que saben decir un «no» necesario a tiempo pese a que «las malas ideas pueden tener tanto potencial para hacer daño como las buenas tienen que hacer el bien«, declara. Esto quiere decir que una buena idea es muy visible en contraposición con actividades valiosas que son invisibles.
Por ello, Bob Hoffman ha creado este artículo en modo homenaje para «todas las brillantes, creativas, valientes e invisibles que, frente a la oposición a menudo estridente y legítima, tuvieron el buen sentido y las bolas para decir no a las estúpidas ideas. Luego, por supuesto, está el otro tipo de excelencia invisible. Es el maravilloso trabajo de personas con mucho talento que no se aprueba», manifiesta.
El problema es que estas personas valiosas se vuelven invisibles al lado de personas que no lo son tanto. «Como cualquiera que haya trabajado en un negocio seguramente sabe, un idiota altamente calificado puede matar o paralizar el excelente trabajo de docenas de personas«, señala Hoffman. Esto es lo que llama «sesgo de supervivencia» o, en otras palabras, se cree que no se está haciendo un trabajo excelente porque solo una fracción de él sobrevive: «El excelente trabajo que es asesinado o mutilado es invisible»
De esta forma, Bob termina con una buena reflexión y agradecimiento: «Entonces, a todas las personas talentosas, sensibles e invisibles que contribuyeron a nuestra industria este año salvándonos de malas ideas, y a las personas creativamente excelentes con ideas maravillosas que sufrieron una invisibilidad ignominiosa a manos de imbéciles, gracias. Esta columna es tu premio«.