La llegada de Intel a los JJ.OO. abre una nueva etapa en el marketing olímpico
Hace unos días conocíamos la salida de McDonald’s como patrocinador oficial de los Juegos Olímpicos tras más de 40 años formando parte de este selecto grupo y 3 años antes de la finalización de su contrato.
Sin embargo, la compañía de Ronald McDonald ya tiene sustituto. Intel ha decidido sumarse la competición deportiva y será a partir de ahora el nuevo patrocinador oficial del evento.
Hay quien no se ha sorprendido por la marcha de la cadena de comida rápida, sobre todo, tras sus dificultades para activar su patrocinio en un momento en el que solo aquellos anunciantes capaces de aportar valor y nuevas experiencias a un público exigente serán los supervivientes.
«Desde una perspectiva de patrocinio olímpico, las marcas que han tenido un éxito significativo suelen ser aquellas conectadas con los Juegos o las que han encontrado una historia que contra sobre su producto como Samsung o P&G», explica Joel-Seymour Hyde, vicepresidente de Octagon, en The Drum.
Todo esto junto al cambio de mentalidad de los consumidores hacia la comida rápida ha dificultado aún más a McDonald’s seguir contando su historia.
De hecho, la retirada de la marca se debe en parte a la necesidad de dar un giro a su estrategia de marketing y comunicación tras unos años algo convulsos en lo que a reputación e imagen de marca respecta.
Asimismo, la atención mediática que le proporcionaba el patrocinio de los JJ.OO. flaco favor hacía a la imagen de McDonald’s que lejos de mejorar solamente se reforzaba negativamente.
Para Jamie Wynne-Morgan, managing director de M&C Saatchi Sport & Entertainment, la marca acabó convirtiéndose en «la traviesa indulgencia de los olímpicos».
«Las historias que se mostraban sobre estos atletas, que tras años de entrenamientos y dieta, consumían comida rápida inmediatamente después de sus partidos, no era la imagen que McDonald’s quería reflejar», explica.
La tiranteces entre el COI y la compañía de hamburguesas eran para muchos patentes y buena parte de los expertos alaban su sustitución por Intel.
Y es que se trata de un partner que encaja de manera más natural con la filosofía del evento gracias a su apuesta por el deporte para impulsar las tecnologías emergentes como los drones o la realidad virtual.
Este camino parece que es el que seguirá la compañía tecnológica de cara a su estrategia de marketing en los próximos juegos, en los que las nuevas plataformas y aplicaciones, la realidad virtual, la inteligencia artificial o el contenido 360 grados serán los pilares de las soluciones tecnológicas que pretende desarrollar Intel en torno a los JJ.OO.
Así, la marca busca en el evento deportivo una oportunidad para reposicionarse en el mercado y convertirse en el futuro de la tecnología a nivel global.
Ahora bien, el reto no es menor pues la llegada de Intel a los Juegos Olímpicos es un fiel reflejo de la evolución del marketing Olímpico en el que la tecnología ha entrado de lleno para ofrecer a los anunciantes enormes oportunidades y a los seguidores una nueva y relevante experiencia.
Solo queda esperar para comprobar si Intel consigue estar a la altura de las expectativas y subirse al podio en la carrera olímpica de la tecnología.