Según la publicación alemana «Dialog», el aumento del uso del marketing directo como estrategia comercial cobra fuerza día a día en todos los países occidentales. En el caso de Alemania, el 71,1% de los anuncios publicados ofrecen un contacto directo (elemento de respuesta) entre la empresa y el consumidor, como la inclusión de la dirección, de números de teléfono o de fax, y cada vez más, de la dirección electrónica.

Llama la atención que, en concreto, los anuncios que incluyen el e-mail han aumentado de un 26,7% en 1997 a un 50% en 1998, mientras que los anuncios que incluyen el teléfono como medio para la toma de contacto han disminuido de un 69,9% en 1997 a un 67,9% en el año 98. ¿Malos augurios para el telemarketing tradicional y buenas perspectivas para el e-mail marketing y los E-Centers (frente al Call Center)?

Aún así todavía hoy en día un cuarto de los anuncios no incluye ningún elemento de respuesta. Claro está que esta cifra es muy relativa dependiendo del sector: el 100% de los anuncios relativos a instituciones de perfeccionamiento sí que los incluyen y en cuanto a los anuncios sobre ordenadores o telecomunicaciones, el porcentaje también es muy elevado, un 90%.

Friedhelm Lammoth, presidente de la DDV (Deutscher Direktmarketing Verband, Asociación Alemana de Marketing Directo) corroboró estos datos al final de la feria DIMA 98 celebrada en Wiesbaden. Pero también quiso advertir de la importancia de que el sector no vaya en detrimento del descuido a la hora de respetar las condiciones jurídicas. Con estas declaraciones alude entre otras cosas a la ley de protección de datos, que en Alemania es una de las más estrictas del mundo. Incluso se está pensando en este país en reglamentar aún más severamente la ley, lo que conseguiría hacer imposible el comercio con direcciones, acabando con los principios fundamentales del marketing directo.
Ya lo ven: en esto alemanes y españoles nos encontramos en el mismo incómodo barco.