Basado en análisis de gran cantidad de informaciones y datos
¿Qué es el marketing cognitivo?
A través de soluciones de business intelligence como el marketing cognitivo, las compañías pueden aumentar sus ingresos mientras hacen mejor la experiencia de sus usuarios.
El marketing cognitivo se basa en el análisis de gran cantidad de informaciones y datos acerca de clientes, competidores, sector, geolocalización, tiempos de traslado, frecuencias de compra, edades o incluso climatología.
En principio podríamos enmarcar este tipo de marketing dentro de las diferentes labores que lleva a cabo el business intelligence. Si nos fijamos más de cerca, el marketing cognitivo se diferencia de esta otra disciplina en tanto que hace referencia a la aplicación o puesta en marcha de aquellas soluciones que deriven de las conclusiones del análisis. Dicho de otra manera, el marketing cognitivo implica la acción. Es decir, es una herramienta del marketing.
El objetivo de esta herramienta del marketing es el de adaptar de la oferta de valor de una marca o servicio a las necesidades y a condicionantes de sus públicos. Las conclusiones a las que se llegue a través del análisis se transforman así en elementos diferenciales de la oferta de valor.
Este tipo de marketing recibe el nombre de marketing cognitivo porque basa sus análisis en la computación cognitiva. La computación cognitiva es un tipo de cálculo o computación que permite la ingesta y el análisis de grandes cantidades de datos con el objetivo de perfilar al consumidor, elaborando modelos de buyer persona lo más fieles posible a la realidad. Es decir, modelos que predigan las necesidades de compra o consumo de los clientes de una marca.
El cognitive marketing ofrece beneficios tanto para las empresas como para sus clientes. El primer beneficio evidente es el de conocer al cliente, lo que se puede convertir en una ventaja enorme frente a la competencia. Además, permite a las empresas ser capaces de anticiparse —es un modelo de análisis predictivo—, entender mejor el propio negocio y disponer de información mucho más completa para la toma de decisiones. Para el consumidor, los beneficios de esta disciplina aplicada desde las compañías tienen que ver con el trato individualizado y con el enfoque de negocio casi personalizado, lo que se traduce sin duda en una mejora sustancial de la experiencia de compra o de uso (UX).
Conocer al consumidor es una cuestión cada vez más relevante para las empresas: los comportamientos de los públicos cada vez están más lejos de poder estandarizarse y, al mismo tiempo y debido a fenómenos como el de la omnicanalidad, los puntos de contacto entre una marca y un cliente son cada vez más variados, combinando el online con el offline y en ocasiones siendo incluso canales complementarios o simultáneos desde el punto de vista de la experiencia de compra. A través de soluciones de business intelligence como el marketing cognitivo, las compañías pueden aumentar sus ingresos mientras hacen mejor la experiencia de sus usuarios.