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La publicidad de comida basura podría ser vetada en Alemania

Alemania quiere dar el alto a la publicidad de comida basura dirigida a los niños

Esther Lastra

Escrito por Esther Lastra

El ministro alemán de Agricultura ha abogado por vetar todos los anuncios de alimentos poco saludables dirigidos a los más pequeños de la casa.

La obesidad infantil es una lacra que se extiende como un contagioso virus a lo largo y ancho de todo el globo. Y en la expansión de esta pandemia la publicidad juega un rol en absoluto baladí. Por esta razón el ministro alemán de Agricultura, Cem Özdemir, ha abogado por vetar todos los anuncios dirigidos a los más pequeños de la casa de alimentos poco saludables, incluidos aquellos con un alto contenido en sal, grasa y azúcar. Según Özdemir, es el futuro de la salud de los más jóvenes lo que está en juego y se necesitan medidas drásticas para frenar la obesidad.

Cem Özdemir, del grupo de Los Verdes, argumenta que ha llegado el momento de proteger más eficazmente a los niños de los efectos de la ingesta de alimentos poco saludables y de enfermedades como la obesidad y la diabetes.

Algunas asociaciones de consumidores consideran que el veto propuesto por el ministro de Agricultura debería ir más allá y afectar también al emplazamiento estratégico de dulces, snacks y otros alimentos poco saludables junto a las cajas de los supermercados, donde muchos padres se sienten presionados por sus hijos para arrojar tales productos en el carrito de la compra.

En Alemania uno de cada dos ciudadanos tiene sobrepeso y el 15% de los niños supera también el peso recomendado.

«Debemos garantizar que los niños puedan crecer de manera más saludable», enfatiza Özdemir, que recuerda simultáneamente que los intentos para lograr que la industria se autorregule a sí misma han caído lamentablemente en saco roto.

De acuerdo con el plan del ministro, la publicidad de comida basura deberá ser reducida en todos los medios relevantes para los niños, incluyendo la televisión, la radio, YouTube e Instagram. En el futuro este tipo de publicidad podrá ser desplegada solo entre las 11 de la noche y las 6 de la mañana.

Özdemir dice no ser favorable a una completa prohibición de la publicidad de alimentos poco saludables, pero advierte que «los anuncios no deberían ser específicamente dirigidos a los niños».

La publicidad impresa en revistas para niños y también la publicidad exterior en la proximidad de colegios y centros de ocio donde se promocionen dulces y otro tipo de comida basura serán igualmente vetadas también si sale adelante el proyecto anunciado por el ministro.

El proyecto del ministro de Agricultura ha recibido aceradas críticas por parte de la industria publicitaria

Özdemir enfatiza que la definición de aquello que se considera comida basura en su proyecto echa anclas en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Si bien el ministro de Agricultura espera recabar el apoyo de otros partidos para dar luz verde a su proyecto, no oculta que habrá resistencia a su plan (que estaba imbricado en todo caso en el acuerdo de coalición entre Los Verdes, los socialdemócratas del SPD y los liberales del FPD).

Organizaciones como WWF y la Sociedad Alemana de la Obesidad han aplaudido la iniciativa de Özdemir, pues consideran que la obesidad es «un problema de salud de primer orden» para los niños y la publicidad de alimentos de productos poco saludables no hace sino dar fuelle a este problema.

También la Sociedad Alemana de Pediatría y Medicina Adolescente (DGKJ) ha respaldado el proyecto del ministro teutón de Agricultura. De hecho, Ursula Felderhoff-Müser, la vicepresidenta de este organismo insiste que en la DGKJ lleva años reclamando una regulación más estricta de publicidad dirigida específicamente a los niños.

El FDP y los conservadores de la CDU han criticado, por su parte, el plan de Özdemir y también dentro del SDP hay quienes contemplan con recelo el proyecto del ministro de Los Verdes.

Gero Hocker, portavoz de Agricultura del FDP, asegura que Özdemir que no hallará mayoría suficiente en el seno de la coalición de gobierno para sacar adelante su plan y acusa simultáneamente al ministro de «intentar convertir a los niños en ciudadanos incapaces de tomar decisiones por sí mismos».

Steffen Bilger, de la CDU, considera, por su parte, que la propuesta de Özdemir está revestida de una gruesa pátina de «dirigismo, burocracia y paternalismo».

La líder de los socialdemócratas, Saskia Esken, señala que si bien no debe permitirse que la publicidad engañe deliberadamente a los ciudadanos, son las decisiones tomadas en casa las que marcan en último término la diferencia. «Creo que depende de los padres proteger a sus hijos de alimentos poco saludables», asevera.

Los planes de Özdemir han sido colmados asimismo de críticas por la Asociación Central de Publicidad de Alemania (ZAW), cuyo presidente, Andreas F. Schubert, considera que el proyecto del ministro erra a todas luces en su propósito final. Desde la ZAW denuncian que el veto proyectado por Özdemir afectaría al 80% de los alimentos y afirman que la comida no es per se ni saludable ni no saludable si esta forma parte de una dieta equilibrada.

 

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