Brandalism toma París: 600 marquesinas vandalizadas para denunciar la hipocresía de COP21
¿No pudo acercarse a conocer el parque Dismaland antes de que echase el cierre? No se preocupe. Siempre nos quedará París.
Coincidiendo con la celebración Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP 21), los activistas urbanos de Brandalism han encabezado una aguda campaña de contrapublicidad con el objetivo de denunciar el papel que juega la publicidad en la promoción del consumo insostenible.
Dos días antes del inicio de la cumbre, 600 marquesinas fueron vandalizadas por los activistas, que colocaron anuncios falsos en los soportes gestionados por la francesa JC Decaux, patrocinadora oficial de la COP21. En ellos, se critica el consumismo, la dependencia de los combustibles fósiles, la publicidad y la hipocresía de las compañías que patrocinan y respaldan la cumbre al mismo tiempo que dañan la atmósfera y el medio ambiente con su actividad.
JC Decaux ha anunciado que está procediendo a la retirada de los falsos anuncios y que se reserva el derecho a emprender acciones legales contra los activistas, que se hicieron pasar por empleados de la compañía para sustituir, sin consentimiento, las creatividades de las marquesinas.
Los activistas no han dejado pasar la oportunidad de recordar al Grupo Volkswagen su polémica por el #dieselgate. El audaz eslogan de uno de los (no) anuncios) reza: “Sentimos haber sido pillados” y en letra pequeña se añade:“Ahora que nos han pillado, intentamos hacer que pienses que nos preocupamos por el medioambiente”.
Pero Volkswagen no ha sido el centro de todas las críticas de Brandalism. La aerolínea Air France, las compañías automovilísticas Renault y Nissan y petroleras como Exxon Mobil también han recibido una dosis de irónica crítica por parte de la organización, a la que pertenecen 80 artistas de 19 países en todo el mundo.
Uno de sus miembros, identificado como Peter, explicó al diario Libération su acción durante la madrugada del pasado 27 de noviembre:
“Colocamos 600 anuncios falsos en los puntos estratégicos de la capital: Bourget, La Défense, el Grand Palais, el Louvre y Montparnasse. En las marquesinas transformamos los mensajes publicitarios de multinacionales como Air France, BMW o Total. Se trata de una acción política, que afecta a empresas directamente responsables del cambio climático, como EDF, que ha renunciado a sus centrales de carbón en Turquía, pero sigue adelante con sus inversiones en Mongolia, Marruecos o Chile”.
En toda una declaración de intenciones, el grupo afirma que “la industria de la publicidad se alimenta de nuestros deseos de productos basados en la explotación de los combustibles fósiles, que tienen un impacto directo sobre el cambio climático”.
Asimismo, en sus anuncios han sido parodiados varios jefes de estado, como el francés François Hollande, la alemana Angela Merkel, el británico David Cameron, el estadounidense Barack Obama o el chino Shinzo Abi. Otros carteles animan a la población a salir a la calle en el marco de lo que han llamado #ClimateGames, “la competición más grande del mundo de desobediencia humana”.
Bill Posters, de Brandalism, denuncia que “tras los tráficos acontecimientos del 13 de noviembre en París, el gobierno ha optado por prohibir las grandes movilizaciones de los civiles, pero los acontecimientos de las grandes empresas pueden mantenerse, pese a que se trata de multinacionales responsables del cambio climático, a las que se consiente un lavado de cara ecológico para proseguir con sus destructivos modelos de negocio”.
Pese al estado de emergencia decretado en la ciudad y la prohibición expresa por parte de las autoridades, más de 3.000 personas se congregaron en la concurrida Plaza de la República para mostrar su rechazo a la cumbre. Miles de personas enlazaron sus manos para formar una doble cadena humana al grito de “estado de emergencia para el clima”. Finalmente, lo que comenzó como una movilización ciudadana pacífica acabó con enfrentamientos entre encapuchados y antidisturbios.
En la iniciativa han participado varios de los artistas que colaboraron en la creación del parque temático Dismaland, inaugurado el pasado verano. Entre ellos, Neta Harari, Jimmy Cauty, Paul Insect, el español Escif y Kennard Phillips.
Inspirado en el arte de guerrilla del siglo XX, el proyecto Brandalism (unión de Marca+Vandalismo) nació en Reino Unido en el año 2012 con el objetivo de criticar el impulso consumista latente en los medios de comunicación y la presencia invasiva de la publicidad en la vida cotidiana de las personas.