Una apuesta por la comodidad y la salud
¿Cómo elegir la silla de escritorio?
¿Qué condiciones hacen que una silla de escritorio sea lo más confortable posible? Repasamos aquí algunas de las principales razones.
Millones de personas en España pasan buena parte de su día sentadas. Esto no es una exageración, pues si sumamos el tiempo de trabajo al de conducción o viaje en transporte público y las actividades sedentarias de casa, el resultado nos dirige a un estilo de vida poco activo.
En este sentido, la elección de las Sillas de escritorio está muy determinada por la comodidad y la salud. Los fisioterapeutas y expertos en posturología apuntan a la ergonomía como aspecto esencial para no sufrir problemas de salud corporal a largo plazo.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que lo que funciona para una persona puede no hacerlo para otra. Así, al decantarse por una silla u otra hay que valorar aspectos generales válidos para toda la población y condicionantes individuales que van a depender de la postura que resulte más cómoda para cada individuo, el trabajo que realiza y sus gustos personales.
¿Qué hace que una silla de oficina sea un equipamiento saludable y productivo?
La principal preocupación al elegir una silla es la cuestión ergonómica, esto es, que se adapte perfectamente a la función a cubrir y que no genere molestias corporales. Es fundamental que esté diseñada para apoyar adecuadamente la espalda sin generar tensión en la columna vertebral, cuello y hombros.
A su vez, es aconsejable que incluya asiento regulable en altura de acuerdo con la longitud de las piernas. La altura adecuada del asiento es aquella que te permite mantener los pies planos en el suelo. Las rodillas han de flexionarse 90 grados cuando estamos sentados.
Con respecto al material, los tejidos polipiel o loneta son más fáciles de limpiar, pero la malla transpira más fácilmente. El resto de materiales, los que no afectan al asiento o el apoyo de la espalda, pueden ser plásticos o metales, pero es imprescindible que estén certificados por la Unión Europea, así garantizamos que son de calidad.
Continuando con el asiento, no hay que olvidar que al pasar sentados la mayor parte del día, el cojín debe resultar cómodo. Una silla sin un acolchado correcto, sin la firmeza adecuada, puede causar problemas en la espalda y las caderas.
En cuanto al tamaño, lo ideal es que no sea ni demasiado corto ni demasiado largo, para no inclinarse hacia adelante ni causar tensión en las piernas. Una medida correcta es que puedas meter de dos a cuatro dedos entre la rodilla y el borde del asiento.
Comodidad frente a ergonomía
Otro factor a tener en cuenta es distinguir bien entre comodidad y ergonomía. Las sillas cómodas, apunta Moisés Giménez, no es sinónimo de no sufrir dolores. De hecho, al sentirnos demasiado bien sentados, terminamos por no cambiar de postura, y ahí se puede producir una correlación directa con dolencias musculares. Giménez es fisioterapeuta de Salud Laboral de la Diputaciò de Valencia.
Los expertos apuntan más a modelos ergonómicos, que son aquellos que permiten un uso correcto de la silla y el resto de materiales de oficina, pensando también en la productividad, que los que resultan más cómodos.
Alex Soria, también fisioterapeuta y experto en posturología, señala que ante el escenario de pasarse muchas horas sentados en la oficina, la recomendación va más allá de adquirir una silla ergonómica y de calidad. Es importante levantarse periódicamente y realizar estiramientos de cuello, espalda, brazos y piernas. Con pequeños movimientos de estos cada dos horas disminuye la tensión muscular y mejora la circulación sanguínea.
¿Son las sillas gaming una buena elección?
Las características básicas de una buena silla de escritorio son muy conocidas: altura regulable, con ruedas, asiento también regulable, pies apoyados en el suelo y posición de la cadera ligeramente por encima de la rodilla en un ángulo 90-90 grados para que la pelvis quede completamente neutra.
A partir de ahí, el resto de elementos son accesorios, como los reposabrazos o incluir un apoyapiés. Pueden ofrecer buen resultado, pero no son imprescindibles. También es menos relevante el diseño de la silla, y aquí hacemos referencia especialmente a las sillas gaming.
En los últimos años se ha extendido mucho esta opción, especialmente entre gamers y streamers. Estas sillas emulan los sillones de los vehículos, que están pensados para tener un centro de gravedad muy bajo y buena visibilidad de la pista. El diseño deportivo no es el mejor para un trabajo de oficina, ya que obliga a trabajar con la cabeza muy echada hacia atrás y con los brazos apoyados, moviendo únicamente las muñecas.