Consumidores exigentes, "pureza" de contenidos y cero intromisión ¿está preparada la publicidad para esto?
Los consumidores han conseguido un empoderamiento en los últimos tiempos como nunca antes habían experimentado. Los usuarios cada vez se presentan ante las marcas más informados y con unas ideas muy claras sobre lo que puede o no satisfacer sus necesidades.
De acuerdo a este nuevo planteamiento, las marcas se enfrentan en la actualidad a unos clientes exigentes a los que tienen que aprender a dar respuestas ante los continuos cambios que se producen en sus hábitos de consumo.
La publicidad sigue jugando un papel fundamental y ha conseguido adaptarse de forma rápida a los cambios que se están produciendo. Con esta fotografía de fondo, Jaime Lobera, presidente de la Asociación de Anunciantes y máximo responsable de marketing de Campofrío, ha hablado de la situación del sector en una entrevista concedida al diario El País.
Sostiene que a la publicidad se le está exigiendo un grado de responsabilidad que, por ejemplo, no se solicita a otros ámbitos como el cine o la televisión asegurando que la crisis ha cambiado la visión de las empresas haciendo que estas sean “más humanas”.
Ha dejado claro que, aunque nos encontremos en un periodo de crisis, no todo vale en el mundo de la publicidad con el pretexto de llamar la atención de los consumidores. “Con la crisis, los valores se han revisado, la gente pide que se hable de cosas importantes, quiere saber que su dinero va a empresas responsables y que las empresas crean valor” ha señalado.
Además, los consumidores ya no permiten este tipo de acciones y “es imposible y suicida intentar colarle algo hoy en día”. Las nuevas tecnologías han dado a la gente el poder y cada vez son más críticos y exigentes con todo lo que reciben. “Hay que estar muy seguro de lo que cuentas, porque te sometes a una dura prueba cada día”.
En su entrevista en el citado diario, Lobera ha sido preguntado sobre su visión del futuro de la publicidad señalando que todo lo que sucede en el sector está muy ligado a los “cambios sociales” y que los anunciantes cada vez están “más pendientes de tratar con respeto a la audiencia”.
“A la publicidad se le exige una pureza de contenidos que no se le pide a las series, las películas o incluso los informativos” afirma asegurando que los creativos están cada vez más sometidos a unas exigencias creativas mayores “pero siempre con cuidado de no molestar a nadie”. Esto tiene su lado positivo ya que demuestra que la gente tiene libertad para expresarse y mostrar su desacuerdo ante determinadas situaciones. Deja claro que en su filosofía profesional no entra el provocar la polémica ya que, con este tipo de acciones, “te estás cargando la imagen de marca”.
Volviendo al tema de la crisis y la caída en la inversión publicitaria, señala que ve comprensible que determinados sectores, que no han pasado por su mejor momento, hayan decidido recortar en publicidad pensando en esta más como un gasto que como una inversión. “Creo que la publicidad bien hecha genera resultados a medio plazo” ha dejado claro en la entrevista concedida en El País.
“La inversión publicitaria contribuye a la libertad de expresión, porque permite la existencia de muchos medios, y por tanto, pluralidad y riqueza informativa. Eso es parte de la salud democrática de una sociedad”.
Uno de los retos que tiene que afrontar la publicidad online es el de no “incomodar al usuario” y es por esto que poco a poco todos los modelos están evolucionando de la misma forma que las marcas están aprendiendo.
Ha mostrado su defensa y la de la asociación para la vuelta de la publicidad a RTVE con el objetivo de sanear las cuentas del ente público concluyendo que “las campañas de publicidad más eficaces son las que hablan a la gente de lo que le interesa y le importa. Si no, no van a dedicarte ni un minuto”.