No es nada nuevo afirmar que los escándalos venden. Para conseguir mayor promoción y difusión muchos anunciantes hacen uso de la provocación o del escándalo para crear controversia en la sociedad lo cual genera atención de los medios, y por consiguiente mayor difusión de forma gratuita. Algunos anunciantes traspasan la barrera moral del escándalo, lo cual nos obliga a todos a plantearnos ciertas bases de integridad ética.

Una revista para padres suiza llamada Fritz+Fränzi ha incluído en sus páginas un anuncio en el que se ve a dos chicas jóvenes desnudas de torso haciéndose fotos con el teléfono móvil. El anuncio sirve para explicar qué es el «Sextexting» y cómo esta práctica, que consiste en difundir material erótico a través del smartphone, se está generalizando entre los adolescentes. Las voces críticas no han tardado en alzarse y denunciar la utilización de jóvenes desnudas para llamar la atención y vender más ejemplares de la revista.

Esta campaña tan controvertida ha sido creada por la agencia con base en Zúrich Jung von Matt/Limmat y su director creativo Alexander Jaggy ha explicado a los medios el porqué de la utilización de esta imagen tan sexual y moralmente ambigua: «La realidad es por desgracia muchas veces escandalizadora. Nosotros buscamos comunicar la realidad y para ello usamos imágenes reales. El ‘sexting’ es un tema de actualidad entre los adolescentes que necesita ser aclarado».

Esta campaña abre una vez más el debate acerca de si la utilización de ciertas imágenes es moral y legalmente aceptable en nuestra sociedad, y también si su uso como medio para aumentar la ventas es aceptable. Todo esto lleva a plantearse cómo poner límites sin caer en la censura.