Scarlett Johansson ha finiquitado su «matrimonio» con Oxfam. ¿El motivo? El reciente fichaje de la actriz por la empresa israelí Sodastream, una compañía cuyos principios éticos chocan frontalmente con los de la ONG.

Sodastream, que comercializa máquinas para fabricar bebidas con burbujas desde casa, tiene una fábrica en un asentamiento judío de Israel en Cisjordania y Oxfam se opone frontalmente a los productos salidos de las factorías de los territorios ocupados por Israel, tanto que promueve, de hecho, el boicot contra este tipo de productos.

“Oxfam cree que negocios como los de Sodastrem que operan en asentamientos judíos promueven el hambre y la pérdida de derechos en Palestina”, explica la ONG en un comunicado.

Aunque Oxfam dice respectar la independencia política de sus representantes, la ONG tilda de “problemático” el fichaje de Scarlett Johansson por Sodastream. “Estamos en contra de una cualquier relación económica con los territorios ocupados, ilegales desde el punto de vista del derecho internacional”, recalca Oxfam.

Tras advertir a la actriz de la inconveniencia de su fichaje por Sodastream, Johansson ha tomado nota y ha decidido dar por terminado su colaboración con Oxfam, una organización a la que actriz ha ayudado a recaudar fondos en países como India, Sri Lanka y Kenia.

Johansson fichó por a principios de enero por Sodastream, empresa para la que ha protagonizado un anuncio pensado inicialmente para emitirse el próximo domingo en la Super Bowl. Sin embargo, Fox ha decidido vetar la emisión del spot por sus críticas a Coca-Cola y Pepsi.

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