Marketing y PublicidadHoy por hoy es improbable que otro genio de las dimensiones de Andy Warhol emerja de la publicidad
El próximo Andy Warhol no emergerá de la industria publicitaria
Por qué la industria publicitaria jamás "parirá" otro Andy Warhol
Andy Warhol fue un icono que emergió del vientre de la publicidad. Sin embargo, es difícil imaginar que hoy en día pueda volver a repetirse tan extraordinario acontecimiento.
Han transcurrido ya 35 años desde su muerte, pero Andy Warhol continúa estando de rabiosa actualidad. El pasado mes de mayo la icónica obra del artista estadounidense «Marilyn» se vendió en Christie’s por la friolera de 195 millones de dólares. Se trata del precio más elevado alcanzado jamás por una obra de arte «made in USA» en una subasta. Además, principios de año Netflix levantaba el telón The Warhol Diaries, un documental sobre los secretos más íntimos del artista.
El tiempo no ha podido aniquilar la arrolladora influencia de un artista que puso patas arribas el universo del arte. Pero antes de convertirse en uno de los artistas más insignes del siglo XX Warhol hizo sus primeros pinitos en la publicidad y estuvo, de hecho, siempre muy orgulloso de su pasado publicitario. Poco antes de su fallecimiento Warhol declaraba, no en vano, lo siguiente: «Siempre fui un artista comercial».
Warhol fue un icono que emergió del vientre de la publicidad. Sin embargo, es difícil imaginar que hoy en día pueda volver a repetirse tan extraordinario acontecimiento. El próximo Andy Warhol no será vástago de la publicidad porque esta disciplina ya no atrae como lo hacía otrora a artistas, escritores, diseñadores, cineastas y creativos de variopintos orígenes, subraya Carlo Cavallone en un artículo para Muse.
Y ello se debe en buena medida a que la industria publicitaria se ha quedado huérfana del encanto con el que hace unas décadas lograba hechizar al gran público. La publicidad ya no es tan «cool» como acostumbraba a serlo. En los años 50 y 60, en la era de Mad Men, la publicidad era contemplada como un profesión deseable, algo a lo que merecía la pena aspirar. Y al menos hasta los años 80 y 90 aterrizar profesionalmente en la industria publicitaria era considerado un logro en absoluto baladí. Por eso los graduados en arte, cine y diseño hacía cola para trabajar en las agencias de publicidad.
La industria publicitaria ya no es el refugio del talento más brillante
Hoy en día la industria publicitaria atrae a cada vez menos gente al margen de las escuelas de publicidad y su propio «pool» de talento. Ello se traduce en un preocupante déficit de diversidad en un ramo de actividad que paradójicamente necesita como agua de mayo más heterogeneidad en sus dominios. Al fin y al cabo, la diversidad de pensamientos y experiencias es absolutamente vital para espolear la creatividad.
Otra razón por la que las agencias de publicidad buscan con tanta desesperación talento (sin encontrarlo) es la competencia, una competencia que es feroz y viene de todas partes, en particular de la industria tecnológica, que en los últimos años ha robado talento a espuertas al sector publicitario. Conviene además hacer notar que muchos creativos deciden hoy en día trabajar de manera autónoma y sin estar adscritos a ninguna compañía en particular con la inestimable ayuda de las plataformas 2.0.
Ahí fuera hay para el talento joven oportunidades laborales mucho más suculentas e interesantes que la que le brinda la industria publicitaria.
Quizás el mayor problema de este ramo de actividad es que se ha trocado en absolutamente frenético, casi demente. No hay tiempo para pensar, no hay tiempo para mimar las ideas y ello resulta desalentador para aquellos que deciden irrumpir en las agencias de publicidad sin ningún tipo de preparación. Las agencias, antaño una fenomenal escuela para el talento junior, es hoy un peligroso campo minado para los más jóvenes.
Diversidad y paciencia: la clave para galvanizar el talento en el seno de las agencias
Puesto que las agencias han externalizado hoy buena parte del talento que antes moraba en sus propias entrañas, estas no tienen un rango tan amplio de especialistas como antes y ello las aleja también a los mejores artistas y diseñadores.
Para dejar atrás la endogamia que lastra hoy por hoy el talento en la industria publicitaria las agencias deben aprender a mirar más allá y buscar candidatos a bote pronto poco convencionales para darles la oportunidad de desarrollar sus habilidades y bendecirles con una buena dosis de paciencia.
La industria publicitaria debe pedir los papeles del divorcio al frenesí que la acogota desde hace años para arrojarse en los brazos de una cultura sosegada de aprendizaje donde el talento de nueva hornada para dar cultivar libremente a sus habilidades con el soporte de creativos senior.
Es preciso que la publicidad acepte que el fracaso es parte crucial de proceso creativo. Solo así la industria publicitaria volverá a estar en el radar de las mentes creativas más refulgentes, concluye Cavallone.