La Academia de la Publicidad celebra el acto en la RAE
La Academia de la Publicidad entrega los galardones a los Académicos de Honor 2019
Agustín Elbaile, Miguel García Vizcaíno-Marta Rico (ex aequo), Jaime Lobera y Mari Carmen Marco han sido reconocidos por la Academia de la Publicidad.
Tras anunciar los nombres que este año se alzaban como Académicos de Honor, en Jurado de la Academia de Publicidad celebró ayer la ceremonia oficial en el Salón de Actos de la Real Academia Española, en Madrid.
Pablo Alzugaray, presidente de la Academia de la Publicidad, ha sido el encargado de introducir a Alfonso Marián, nombrado Publicitario del Año 2019. Alzugaray, que ha trabajado durante muchos años con Marián, le ha dedicado unas palabras: «Alfonso Marián empezó a trabajar como director de arte en CP Comunicación hace 26 años hasta convertirse en uno de los directores creativos, hasta que, cuando fundamos Shackleton, Alfonso fue parte de ese equipo fundacional y se convirtió en socio y director creativo ejecutivo”. Más tarde, Ogilvy Nueva York vino a buscarle para ficharle como cabeza creativa. “De eso hace 8 años y, desde entonces, lo han promocionado, pasando a liderar la creatividad de Ogilvy de todo EEUU. Este mismo año ha sido nombrado presidente de Ogilvy España».
Tras un gran aplauso, Alfonso Marián ha subido al estrado para recoger su galardón y ofrecer unas palabras a los asistentes. El creativo ha echado la vista atrás para recordar este último año. «Recuerdo un momento que ocurre cada año en EEUU y es muy similar a este. Allí no tienen reyes y los reyes son famosos y yo, durante los últimos 7 años, fui invitado al Hall of Fame y fui invitado a ser parte del público y asistir a este tipo de ceremonias. Tuve el privilegio de ver cómo homenajeaban a gigantes como como Nick Law. Gigantes que son capaces de cambiar una cultura entera. Tengo que agradecer a Pablo y la Academia, el que me permita estar hoy aquí y sentir este orgullo de celebrarlo con nuestros gigantes de la profesión y la verdad que es un honor estar estos minutos con vosotros».
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«Felicito a la Academia por elegir a Agustín», decía Joaquín Llorente, también Académico de Honor de la Academia de la Publicidad, para dar paso a Agustín Elbaile, que durante su intervención, ha agradecido a Joaquín su papel en su aprendizaje: «Gracias por tus palabras. Tú me enseñaste a utilizarlas, a dotarlas de la fuerza de una bala o la suavidad de una pluma. Palabras que convencieran a neuronas indiferentes, que dirías tú, o que rompieran paredes de incredulidad, palabras como la que tú me diste una noche de agosto en un restaurante de Barcelona que jamás olvidaré y te estaré siempre agradecido, porque fue cuando me hiciste tu socio».
«Nací protagonista de un spot en una España que no tenía televisión»
«Presidente, Académicos, amigos. Yo nací una noche de verano en Barcelona. Nací en casa, encima de la mesa del comedor que hacía la función de camilla, con una lámpara de lágrimas de cristal habilitada en aquel caso como una luz de un quirófano de urgencias. Era el mes de julio, era fiesta mayor en mi calle la calle Chiflé del barrio del Born de Barcelona. La gente, los vecinos, eran conscientes del parto y había un silencio sepulcral. La orquesta no tocaba. Los vecinos hablaban en voz baja. Todos pendientes de lo que sucedía en el tercer piso del número 72 de la calle Chiflé. Por fin, a las 22:38, mi padre salió al balcón y dirigiéndose a la multitud, desde el improvisado púlpito, dijo «la Lolita ha tenido un niño. Aplausos, algarabía, orquesta que por fin podía sonar y la fiesta mayor del barrio de San Martín del Clot en Barcelona arrancó en sus fiestas mayores. Yo creo que esto marcó mi destino. Tuve un nacimiento absolutamente acorde con la que había de ser mi profesión: fui anunciado, voceado, presentado en sociedad, como un nuevo producto, después de una preciosa historia donde había amor, tensión, intriga, desenlace y bodegón final, con música. La expectación se tornó viral. No hubo muros donde colgar nada, ni 140 caracteres para emitir, vídeo que pasar, ni likes que cuantificar».
«Nací sin un pan bajo el brazo que fue sustituido por una cartilla de racionamiento para mis primeras dosis de leche en polvo, lamentablemente de una marca blanca, pero nací anunciado, nací publicitado. Nací protagonista de un spot en una España que no tenía televisión. Nací siendo viral por la simple comunicación concreta, directa, demoledora, clara, sincera: la Lolita ha tenido un niño’. Quiero hacer aquí, en la Real Academia Española, un homenaje a la simplicidad, a la ausencia de flecos, a la publicidad honesta, directa, sincera. Quiero reivindicar la fuerza de las ideas y la palabra por encima de cualquier medio de vinculación de sus contenidos o significados. Quiero dar las gracias a la publicidad pura, a la profesión que me lo ha dado todo. Al jurado, a los académicos que me hayan apoyado y, sobre todo a mi padre, que esté donde esté puede sentirse muy orgulloso de que su hijo esté aquí, simplemente en un balcón distinto. Muchas gracias».
Mari Carmen Marco fue la primera en recibir el galardón y en subir al estrado para agradecer su nombramiento. «Muchas gracias a la Academia de Publicidad por este reconocimiento, por acogernos aquí, en este bonito lugar», inicia Marco su discurso. «Si me preguntasen por qué me dediqué a esta profesión, no sabría responder». «Cuando eres joven tienes que elegir un camino, una profesión”, y continúa: «las referencias cercanas, familiares, de mi entorno, no tenían nada que ver con todo esto. Había arquitectos, médicos, ingenieros, filólogos…”. A pesar de que no entendieron muy bien el camino que eligió, Mari Carmen Marco apostó por la publicidad y, hoy, afirma: «Me siento muy satisfecha de haberlo hecho. Se me ha abierto un mundo cargado de posibilidades». Sin embargo, la ya Académica de Honor advierte: “Estas cosas no se consiguen en solitario. Estoy feliz de haberme encontrado a un montón de personas que me han ayudado, me han echado una mano y que han creído en mí y que me han dado la oportunidad de demostrar que he sido capaz de aportar un granito de arena a esta profesión.” Sobre estas personas que la profesional ha ido encontrando en el camino, afirma que le enseñaron a reinventarse, «a trabajar duro, apostar y volcarte en la elección que hayas hecho, no temer los cambios, estar abierto a las posibilidades que se pueden prestar a tu alrededor y si, en un momento dado, una etapa de tu vida se agota, veámoslo como una oportunidad y aprovechemos el momento para reinventarnos«.
«Yo quería hacer de Campofrío la Coca-Cola de la charcutería»
En su discurso, Jaime Lobera, ha recordado: «Trabajando como Campofrío, yo quería hacer de Campofrío la Coca-Cola de la charcutería, pero lo que no decía muchas veces, es que yo quería ser de mayor como Félix Muñoz«. Precisamente, Muñoz ha sido el encargado de entregar su premio, describiendo a Jaime como «un hombre de empresa y un hombre apasionado por la publicidad y por las marcas». Félix ha recordado cómo en España hay miles de empresas haciendo publicidad. En este mundo competitivo, afirma: «Jaime ha sabido coger una marca de chopped (Campofrío) y llevar a esa marca a lo más alto del pedestal». Para hacer eso, Muñoz afirma que hay que conocer muy bien el negocio, montar y gestionar equipos, hacerles crecer y brillar, tener visión estratégica, reunir talento creativo, crear confianza, defender las ideas y ser valiente».
Jaime Lobera ha destinado los primeros minutos a agradecer formar parte de «este selecto club de la profesión que tanto admiro». Y continúa: «Estoy doblemente honrado y abrumado porque, para los anunciantes, para los clientes, acercarnos a este grupo con tanto talento, no siempre es fácil y, como ya ha adelantado Félix, y yo, además, que me considero un charcutero del marketing, lo valoro doblemente».
«Quiero dar muchísimas gracias a todas las personas que han trabajado a mi lado y que me han soportado y aguantado y que nos han ayudado a conseguir tantas cosas, especialmente a los equipos de marketing y a todas las agencias con las que he trabajado. Todo lo que hemos hecho, lo hemos hecho juntos y, de alguna manera, este reconocimiento es a todos ellos. Algunos estáis aquí sentados, os lo agradezco y comparto con todos vosotros».
«Cuando empecé a trabajar en esto del marketing, hace casi 25 años, empecé a trabajar en Unilever, como ha explicado Félix y recuerdo siempre una conversación que tuve con mi madre, a la que yo le contaba muy orgulloso que me han contratado en una de las mayores escuelas y universidades del marketing y la publicidad, que era Unilever. Yo trataba de presumir delante de mi madre de este logro y recuerdo que me dijo ‘hijo mío, tú ¿de verdad crees que después de haber estudiado tanto, de tener dos carreras universitarias, de tener un máster… de verdad crees que es serio dedicarse a esto de hacer anuncios?»
A día de hoy, Lobera responde a esa pregunta con un sí rotundo. «Después de todos estos años estoy muy orgulloso«. Y añade: «la verdad que ni mi madre, ni yo, habíamos pensado nunca que, justamente, los anuncios que he hecho de esta última etapa, en una empresa de alimentación y charcutería, vendiendo chopped y mortadela, fuera precisamente los que han llamado más la atención a la profesión y en los que yo también he sentido que aportaba muchísimo más».
Especialmente en esta etapa de Campofrío, Jaime Lobera ha querido agradecer «a todos los equipos de marketing de Campofrío, tanto de España como de otros países, y muy especialmente, a todas las agencias con las que hemos trabajado, al grupo McCann con todas sus divisiones Momentum, también a las agencias de medios como Zenith, OMD, Llorente & Cuenca». «Además, quiero mencionar muy particularmente a una persona que está aquí, que es Jesús Martínez Soria, amigo y el mejor profesional de cuentas con el que yo he trabajado en mi carrera, y que ha conseguido que Campofrío sea la marca que es hoy. Muchas gracias Jesús».
«La publicidad es un vehículo muy transformador de la cultura y de la sociedad»
«Esta es una profesión maravillosa y te permite conocer a gente maravillosa», continúa su intervención. «Todos coincidimos en lo valioso que es rodearte de gente muy enriquecedora y que te ayuda a aprender. El trabajo de marketing no consiste solo en hacer anuncios como diría mi madre pero, sí que es cierto, que la publicidad es una de las áreas que más disfrutamos los que hemos trabajado del lado de los clientes. Yo soy un enamorado de la publicidad, y más ahora, después de todos estos años porque he podido comprobar, en primera persona, la potencia transformadora enorme que tiene la buena publicidad y cómo eso se manifiesta especialmente en ese momento en el que ves la magia que puede crear. La buena publicidad no solo nos permite multiplicar el valor económico de las empresas y de las marcas, yo creo que también es un vehículo muy transformador de la cultura y de la sociedad. Hablamos hoy en día mucho de esa sociedad del entretenimiento. Creo que la publicidad nos puede ayudar a que sea una sociedad que piense más y nos ayude a pensar. Creo que la publicidad es de la gente, no solo de los profesionales que nos dedicamos a ella, pero, sobre todo, es de quienes la escuchan, de quienes la disfrutan, de quienes las comparten en redes de sociales; de quienes se las envían a sus amigos y también de quienes la critican, de quienes no la entienden y de quienes se ofenden con ella. A esos, poco a poco tendremos que ganárnoslos, pero creo que es fundamental que estén ahí y que nos exijan muchísimo.
«Somos muy afortunados porque yo creo que, a través de la publicidad, podemos difundir mensajes que promueven valores y fomentan un activismo cada vez más necesario en nuestra sociedad. Publicidad solidaria, inclusiva, que ataca las discriminaciones, el racismo y el machismo. Que promueve la igualdad. Publicidad que nos recuerda lo que de verdad importa en la vida, que nos recuerda debemos vernos más, pasar más tiempo juntos. Publicidad que promueve la risa, el optimismo, el buen rollo, la tolerancia, el respeto y la convivencia». «Publicidad que pone en valor nuestro sentido del humor y nuestras costumbres. Ese modo tan particular que tenemos de ver y disfrutar de la vida, a pesar de todos los problemas que podemos tener, como decía Gila. Somos muy afortunados y tenemos una gran responsabilidad y podemos seguir haciendo mucha y buena publicidad. Muchas gracias».
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