La campaña de salud más cara y ambiciosa de la historia norteamericana ya ha comenzado con dramáticos spots publicitarios contra el vicio de fumar. La campaña televisiva está financiada por la industria tabacalera, y se dirige fundamentalmente a los jóvenes. Representantes de las fábricas tabacaleras y del estado han desembolsado los casi tres millares de marcos que costó el despliegue publicitario. Los primeros anuncios fueron del estilo de los anteriores spots de zapatillas deportivas, totalmente enfocados hacia la juventud. Estos han sido producidos por la American Legacy Foundation (fundación americana para la legalidad).