El Ayuntamiento de Madrid se ha propuesto poner coto a la publicidad exterior de las calles de la capital española.

El objetivo del consistorio es conciliar «el derecho legítimo de los anunciantes a obtener un beneficio a través de la exhibición de publicidad» y garantizar el «derecho de los ciudadanos y visitantes a contemplar el paisaje urbano sin que haya elementos de publicidad que lo alteren».

Es por ello que el gobierno local, con Manuela Carmena a la cabeza, ha decidido realizar un control más estricto de lonas, mupis y cartelería que inundan las calles madrileñas y que, aseguran, es «una de las formas más destacadas de contaminación».

Asimismo, según recoge Dircomfidencial, también se hará un seguimiento del reparto de folletos y los carteles pegados en fachadas de la vía pública, algo que el Ayuntamiento considera, se está convirtiendo en un grave problema por el deterioro que se produce en la imagen de la ciudad y por el coste que conlleva su retirada.

Pero también los coches que circulan con publicidad en sus laterales son objeto de control por parte de las autoridades madrileñas.

Para ello, encargarán a una empresa el seguimiento de todas las formas de publicidad exterior a través de vídeos y fotografías las 24 horas y los 365 días del año y que recibirá 400.000 euros por un contrato de dos años.

De esta manera, se mantendrá un registro actualizado del lugar en el que está situada la publicidad, el soporte y la empresa que lo gestiona.

Ante las irregularidades que se pudieran cometer, la empresa encargada del control podrá retirar la publicidad que quedará temporalmente almacenada.