El Parlamento Europeo para los pies al "greenwashing"
Adiós a las "mentiras verdes": el Parlamento Europeo extirpa las malas hierbas del "greenwashing"
El Parlamento Europeo aprobó ayer reglas más estrictas para el etiquetado de productos en un intento de parar los pies al cada vez más ubicuo "greenwashing".
En el futuro cuando las marcas se adjudiquen a sí mismas el calificativo de «ecológicas» deberán serlo de verdad (bajo criterios científicos). El Parlamento Europeo aprobó ayer reglas más estrictas para el etiquetado de productos en un intento de parar los pies al cada vez más ubicuo «greenwashing».
Si las marcas promocionan un producto con expresiones como «climáticamente neutro» o «respetuoso con el medio ambiente», deberán verificar con datos 100% científicos que el artículo en cuestión es realmente merecedor de tales palabras. Además, las marcas deberán comprometerse a fabricar productos con mayor durabilidad.
Los eurodiputados han votado casi unánimemente a favor de una directiva con el último objetivo de frenar el «greenwashing». Esa directiva echa anclas en un estudio de la Comisión Europea, según el cual más de la mitad de la información promocional sobre la supuesta naturaleza ecológica y sostenible de los productos es «vaga, engañosa e infundada». Y no solo eso. El 40% de los productos catalogados como ecológicos no tienen en realidad nada de sostenibles.
El Parlamento Europeo frenará además la obsolescencia programada de algunos productos
La nueva norma emanada de la Eurocámara nace además con la intención de garantizar que los productos gocen de mayor durabilidad en el futuro. En particular en el caso de los teléfonos móviles y otros productos electrónicos son numerosas las quejas directamente emparentadas con la denominada obsolescencia programada de este tipo de dispositivos.
Además, los fabricantes de electrónica de consumo no podrán limitar la funcionalidad de su productos si el cliente elige piezas o accesorios de otras marcas (como sucede, por ejemplo, en el caso de los cargadores o los cartuchos de tinta para impresoras).
La asociación europea de protección del consumidor BEUC ha dado la bienvenida al proyecto del Parlamento Europeo. Hay, al fin y cabo, toda una plétora de informes procedentes de toda Europa que dan cuenta de productos que se averían demasiado rápido y que no pueden ser deliberadamente reparados. Según BEUC, que la Eurocámara haya decidido vetaR prácticas que acortan la vida útil de los productos tiene sentido tanto para el bolsillo del consumidor como para los recursos limitados del planeta.
Hace un año la Comisión Europea presentó un paquete de medidas para espolear la denominada economía circular en el seno del viejo continente y ayudar a la UE a cumplir sus objetivos en materia de sostenibilidad. De acuerdo con tales objetivos, la Unión Europa debería alcanzar la neutralidad climática en 2050.