La buena publicidad es aquella que apuesta por romper las barreras de lo establecido para llegar a los usuarios. Este es el pensamiento del que parte la reflexión ofrecida en la conferencia anual celebrada en Miami (Estados Unidos) por la American Association of Advertising Agencies (4A’s), por Jeff Goodby, co-presidente y socio de Goodby, Silverstein & Partners.

«Al igual que la publicidad de calidad, el buen vandalismo es divertido, genera ruido y la gente lo recuerda al día siguiente», afirma Goodby dejando claro ante todos los asistentes que ese espíritu rebelde que le acompaña desde la juventud aún hoy es el motor que impulsa su trabajo.

Su intención ha sido la de echar una mano a una industria que él considera en cierto modo paralizada, ofreciendo cinco consejos con los que fomentar la creatividad: tomar alternativas diferentes a la rutina de siempre, dibujar y escribir con la mano que nunca utilizamos, anotar todas y cada una de las ideas que tengamos aunque nos parezcan estúpidas, provocar y ser un poco traviesos.

Una de las formas para promover el vandalismo (entendido en la mejor de sus acepciones) pasa por dar a los empleados la libertad y herramientas necesarias para hacer las cosas que realmente les interesan.

“Cuando se trata de ser provocativo hay que acercarse mucho al fuego. Los vándalos son personas que persiguen resultados y no precisamente recompensas. Así es como conseguimos el éxito”.

Un ejemplo práctico de la filosofía que impregna la agencia lo vimos con la campaña arco iris lanzada por Doritos hace unos meses en apoyo a la comunidad LGBT para recaudar fondos en Estados Unidos. Las bolsas de aperitivos agotaron sus existencias en apenas 12 horas.

“Hay que hacer las cosas que la gente aprecia y que aportan valor a través de todos los canales con los que contamos en la actualidad. Sea valiente y apueste por las personas”, concluía Goodby.