La ternura y el candor infantil tienen fecha de caducidad, según esta campaña de Legoland
Que los niños crecen demasiado rápido (más de lo que les gustaría a sus padres desde luego) no es ningún secreto. Y que lo que viene después de la infancia, la adolescencia, es un periodo vital absolutamente horrible (desde el punto de vista paterno) tampoco.
El pavor que sienten muchísimos progenitores a que sus hijos crezcan y dejen de ser niños adorables para convertirse en adolescentes ariscos de hormonas alborotadas es explotado precisamente por la cadena de parques temáticos Legoland en su última en ingeniosa campaña.
En uno de los anuncios vemos a un niño en medio de un tira y afloja, el protagonizado por dinosaurios, robots y superhéroes (los referentes infantiles del pequeño), y por rockeros, “musculitos” y fanáticos del “skateboarding” (aquellos en los que podría convertirse en menos que canta un gallo el protagonista).
El segundo de los anuncios lo protagoniza una niña dividida entre dos mundos, el de los ositos de peluche, los unicornios y las hadas de su más tierna infancia, y el de las fans de los selfis, las aguerridas ecologistas y las rockeras (esas que la pequeña podría ser en un futuro no muy lejano).
“Tráelo antes de que sea demasiado tarde” es el sonoro y contundente eslogan de esta campaña, que explota con mucho ingenio el miedo ancestral de los padres a que sus retoños se hagan mayores.
La agencia VML firma la nueva campaña de Legoland.