Así de claros son los resultados de un estudio realizado por el Instituto de investigación de mercado Iconkids & Youth. Está comprobado, que si las madres van a la compra con sus hijos, terminan comprando lo que a ellos más les gusta. En el estudio se consultó a 732 madres sobre los artículos que prefieren para sus hijos, y sobre aquellos que realmente compran. Estos sin duda, no se corresponden, sino que las madres al final compran lo que les dictan los niños. Por eso, hay que prestar mucha atención a estos resultados, a la hora de dirigir las campañas de marketing de los típicos productos alimenticios para niños: las chocolatinas, los cereales de desayuno, etc. Aquellas campañas que van dirigidas a los padres no tienen en cuenta la influencia decisiva de los niños sobre las decisiones acerca de lo que se consume en la familia.
Brigitte Melzer-Lena, la administradora de Iconkids & Youth resume: «quien quiera tener éxito con sus productos ha de ganarse a los niños, y cuanto más temprano mejor». Los niños son capaces de distinguir las marcas desde los 3 años. Es a esa edad cuando se decide qué productos van a preferir en el futuro: Coca-Cola o Pepsi, Mercedes o BMW…

Aunque parezca exagerado, en el fondo es absolutamente verídico y por eso, los fabricantes de automóviles se encargan de engatusar a sus futuros clientes desde mucho antes de que éstos hayan aprobado su carnet de conducir, sacando al mercado series de coches pequeños en formato Bobby-Car. Según la investigación, parece que la inversión merece la pena: un 24% de los niños de 3 años reconoce a primera vista el logotipo de Volkswagen, un 42% el de Mc Donalds y un 76% el de Milka.