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Dominando el arte del

Tendencias en MarketingLa sesiones de "brainstorming" no son a menudo fructíferas porque se ejecutan mal

Cómo sacar todo su jugo a las sesiones de "brainstorming"

Dominando el arte del "brainstorming": 7 claves para crear la tormenta perfecta

Esther Lastra

Escrito por Esther Lastra

Se ejecutan muchas veces mal, pero las sesiones de "brainstorming" son una valiosa herramienta para alumbrar ideas. Estas son algunas claves para hacer llover la creatividad.

El «brainstorming» es una herramienta tan utilizada por quienes se desenvuelven profesionalmente en la arena de la creatividad como vilipendiada por los mismos que se apoyan en ella para alumbrar ideas.

En la mala prensa de las tormentas de ideas influye en suma medida el mal uso que se hace en términos generales de una herramienta que, concebida inicialmente para dar fuelle a las ideas, parece a veces empeñada en matar la creatividad.

Las sesiones de «brainstorming» no son malas per se, simplemente se utilizan de manera francamente pésima. En un artículo para Creative Review Richard Holman aporta algunas claves para optimizar las tormentas de ideas:

1. Escoger adecuadamente a quienes van a tomar parte en la sesión de «brainstorming»

Cuanto más diversas sean las personas que se abren paso en una tormenta de ideas, mejor. Hay que procurar elegir, por lo tanto, a un grupo lo más variopinto posible desde el punto de vista de las personalidad, las experiencias y los conocimientos.

Lo mejor es limitar, eso sí, el número de integrantes de una sesión de «brainstorming» a cinco personas. Si superamos esta cifra, la oportunidad para generar interacciones realmente genuinas se verá probablemente mermada.

2. El estado de ánimo importa

Las condiciones en las que se desarrollan las tormentas de ideas son sumamente importantes. Si la sesión de «brainstorming» tiene lugar, por ejemplo, apenas 24 horas antes de afrontar un «pitch» (cuando la presión es particularmente insoportable), es probable que las ideas no salgan a flote y se queden sepultadas en la materia gris de los participantes.

En una sesión de «brainstorming» deben primar la informalidad y la jovialidad. Por esta razón es una buena idea llevar a cabo las tormentas de ideas al margen de la oficina y escenificarlas en lugares alternativos como cafeterías, restaurantes e incluso parques (si la climatología lo permite).

Lo importante es que quienes toman parte en la sesión se sientan relajados y ajenos a las presiones.

3. Dejar espacio a la creatividad individual

No es recomendable que los participantes en una sesión de «brainstorming» acudan sin haber visto antes el «briefing». Lo mejor es compartir ese «briefing» con antelación para dar a cada uno de los participantes la posibilidad de incubar del problema a resolver y pergeñar en solitario algunas ideas.

De esta forma, las ideas nacidas de la creatividad individual (que puede ser extraordinariamente poderosa) son menos susceptibles de ahogarse en el océano de la multitud.

4. Contener a los participantes más locuaces

Uno de los principales problemas de las tormentas de ideas es que favorecen claramente a aquellos que son más locuaces. Y quienes son más parlanchines no son necesariamente lo dueños de ideas más interesantes.

Para aplacar a los participantes más locuaces e impedir que dominen las sesiones de «brainstorming» una buena técnica es el denominado «brainwriting». La idea es que cada uno de los participantes acuda a la sesión con una idea que podría ser potencialmente la solución al problema planteado en el «briefing». Cada una de ideas debe ser convenientemente anotada en un post-it y colocada de manera anónima en un mural. Y a continuación el grupo debe discutir sobre las ideas propuestas sin que sus participantes estén influidos por su particular percepción de quien las ha alumbrado. De esta forma, se logra que las voces de todos los participantes sean escuchadas de manera equitativa.

5. Tener un líder

Las sesiones de «brainstorming» necesitan apoyarse en un líder, en alguien que dé forma y dirija la discusión sin dominarla.

El rol del líder en una tormenta de ideas es similar a la de un psicólogo y debe formular las preguntas adecuadas procurando simultáneamente interferir lo menos posible en la sesión.

El líder debe intentar con sus intervenciones que las ideas fluyan lo más libremente durante la sesión y que la creatividad del grupo no se quede encallada.

6. Sin cantidad no habrá calidad

En términos generales es mejor que de una tormenta de ideas emerja el mayor número posible de ideas. Al fin y al cabo, para tener una gran idea hay que tener antes miles de ideas pésimas.

Es importante que las sesiones de «brainstorming» pongan sobre la mesa muchas ideas porque así aumenta la probabilidad de entre ellas se haya colado realmente una gran idea.

7. Las ideas más incómodas son a menudo las más valiosas

Aquellas ideas que parecen a bote pronto las más incómodas y desafiantes son las que tienen más probabilidades de albergar la simiente de algo realmente especial.

Muy a menudo las mejores ideas parecen del todo irrazonables y solo en retrospectiva se revelan como la opción más razonable.

 

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