EL ZAHORÍ DE LA PARTICIPACIÓN: EVENTOS ON LINE
Por David Monsó, CEO de Artheria.com
La progresiva penetración de la banda ancha entre la población internauta está haciendo posible el despegue del fenómeno webcast. El antes, el durante y el después de la retransmisión on line de eventos de cualquier índole (entretenimiento, deportivos, formativos…), son buenos momentos para pedir la participación del público e interpretar su comportamiento para transformarlo en conocimiento de cara a estrategias de CRM.
Perdónenme que empiece destruyendo budas sagrados como los talibanes. Cuando planteamos que interacción es solamente potenciar estímulos audiovisuales nos equivocamos y regresamos a los tiempos de la TVE1 con rombos.
A estas alturas debemos exigirnos más, debemos entender que motivar al que está al otro lado de la pantalla es también ejercitar un sentido más aparte del visual y auditivo: la voz (escrita/oral).
Debemos fomentar que escuchen y que vean, sí de acuerdo, pero lo más importante es que soportemos como bien podamos la locuacidad bidireccional (ingeniería lingüística -sail.com-, reconocimiento de voz, call centers) o lo que más cuesta: habla escrita, en definitiva feedback.
En la lucha por llamar la atención a día de hoy, se ha validado la eficacia de los i-eventos no solamente para maximizar el impacto «durante» sino, que ante determinado público objetivo, se obtienen rendimientos antes (expectación) y después (repercusión).
La mejora progresiva del broadband ha conseguido que los acontecimientos webcast (ej: heavy.com/fabchannel.com) demuestren ser, aparte de perfectas plataformas para desprender voyeurismo anónimo (y reconozcamos que Hugh Heffner y Larry Flint siguen siendo gurús en estos escenarios), excelentes soportes inteligentes para la gestión del conocimiento de cara a CRM.
Es en estos momentos de impacto en caliente, de climax o rechazo por parte del espectador, donde las agencias gestoras de conocimiento, aprovechando técnicas inductivas de comunicación e investigación, pueden alcanzar opinión cualitativa para rentabilizar sus próximas acciones above/below the line.
Quiero recordar, como dije en algún artículo perdido, que desde mi punto de vista «el gran fidelizador» es sólo aquel que sabe estimular el instinto e interpretar la expresión resultante.
Los i-eventos (entretenimiento/formativos), que al fin y al cabo se producen en escenarios físicos (salas musicales, platós, auditorios, «webcast quedadas», etc) se han destapado como fórmulas perfectas de integración de contenidos de comunidad en calle. Este salto cualitativo permite simbióticamente dinamizar por aproximación el sentimiento de fidelidad hacia la marca/sponsor, obteniendo recíprocamente beneficios («te conozco mientras te entretienes»).
Aprendamos a interpretar los i-eventos como «zahorís» dirigidos hacia un nuevo escenario, que aprovecha la experiencia de todos los actores del sector interactivo (anunciantes, estrategas y usuarios) en un solo punto de encuentro. Hagamos que lo que se ve en pantalla produzca un efecto tangible en el nivel i-participativo que el propio espectador/usuario determine.
La rentabilidad del impacto de un i-evento no debe ceñirse estrictamente al momento en el que se produce sino a obtener beneficio comercial en el proceso de gestión de las 3 variables básicas: expectación + difusión + repercusión.
Para maximizar el retorno en estas tres fases, los nuevos agentes de comunicación y marketing interactivo desarrollan ya soluciones analíticas y contenidos inteligentes. Soluciones que permiten a lo largo de todo el proceso pre/on/post i-evento, mejorar nuestras capacidades interpretativas, lo cual es sin duda de inmenso valor en el escenario saturado que actualmente vivimos en el sector.
Dinamizar la participación en i-eventos para maximizar la adicción= fidelización implica disponer de toda una serie de contenidos orbitales (flutters.com -betting for panelling-,myworst.com -gaming for panelling) que, plenamente soportados por modelos inductivos, se transforman en nuevos canales de conocimiento comportamental no agresivos.
Por ello, y reconozco que volver al símil de TVE1 con el que empezaba el artículo me viene de perillas, recomiendo que resucitemos el espíritu del gibraltareño Uri Geller, …el sí que nos hizo participar/hablar… al share me remito.
REFLEXIóN:
En los desiertos de Australia, donde el agua no sobra, los mejores zahorís son los aborígenes.