La salud mental sigue haciendo mutis por el foro en el trabajo

La pandemia hizo que emergiera a la superficie un tema que era otrora absolutamente tabú en el trabajo: la salud mental. En los dos últimos años, y como consecuencia de la pandemia del coronavirus, se dispararon los casos de estrés, ansiedad y depresión en todos los rincones del planeta. Y puesto que el origen de muchos de esos casos estuvo emparentado de manera directa con los entornos laborales, las empresas se vieron obligadas a alzar la voz sobre un problema que siempre había existido en sus dominios, pero que hasta entonces había sido escondido convenientemente bajo el felpudo.

Sin embargo, parece que la disposición del mundo laboral a liberar de la mordaza a la salud mental sigue siendo más bien parca y deja definitivamente mucho que desear. De acuerdo con un reciente estudio llevado a cabo en Estados Unidos por Harris Poll y Fast Company, la mayor parte de los trabajadores coincide en señalar que en torno a la salud mental continúa orbitando un silencio pesado como una losa en el trabajo.

Las empresas siguen mirando hacia otra parte en lo que a la salud mental se refiere

El 86% de los empleados admite que el «awareness» sobre los problemas de salud mental es importante para ellos en los entornos laborales. Sin embargo, el 77% se lamenta de que sobre la salud mental no se habla suficientemente en el trabajo. Y en esta misma línea, el 58% admite que no se siente cómodo dando voz a sus problemas de salud mental en el trabajo.

Del informe se infiere, por otra parte, que las empresas no están involucradas lo suficientemente en procurar respuesta a los problemas de salud mental de los empleados. El 81% de los trabajadores considera que las empresas tienen la obligación de priorizar la salud mental de su plantilla. No obstante, solo el 30% dice que la empresa que le tiene nómina le proporciona acceso real a servicios de salud mental.

A la hora de reclamar a las empresas beneficios directamente relacionados con la salud, el 21% de los empleados se decanta por las bajas ilimitadas en cuanto a tiempo (y convenientemente remuneradas), mientras que el 9% escoge la flexibilidad en el horario laboral.

Pese a la manera en que no pocas empresas ningunean tristemente la salud mental, lo cierto es que el 47% de los empleados confiesa que su trabajo impacta de manera directa en su bienestar espiritual. Y el 43% admite que su salud mental termina menoscabando también su rendimiento en el trabajo.