¿Revolucionará el reconocimiento de voz la publicidad en el móvil?
Imposible no inspirarse aquí y hoy, en uno de los rincones más bellos de Europa, estos días de puente por la Provenza francesa. Y mientras que a través de las ventanas del coche alquilado pasan lentamente sus preciosos pueblos, campos y bosques otoñales, uno consigue, por fin, relajarse algo tras tanto evento marketero y de infarto en ese loco mes de noviembre en Madrid. Y comienzas a darte cuenta de lo que verdaderamente tenemos aquí, en esta gran Europa (la de la Crisis, pero también la de la Provenza).
Una Europa en la que, hoy por hoy, todo escenario parece posible: colapso («eurocalipsis») o salida, decadencia o resurgimiento, descomposición del euro o un nuevo grado de integración. ¿Llega ahora el final de la solidaridad europea? ¿O una apertura nunca antes vista mediante los eurobonos o la compra ilimitada de deuda por el Banco Central Europeo? Ves estos días cruciales para Europa las noticias y sabes que nos encontramos ante un umbral, un punto de inflexión. Y que, con él, llega el momento de preguntarse por el sentido de todo esto.
Y entonces te acuerdas de esas preguntas en aquel viaje por aquel continente conflictivo. «¿Cómo es que en vuestra Europa los británicos y franceses tienen la bomba atómica y vosotros, los españoles y alemanes, no? ¿Cómo aguantáis que ellos la tengan y vosotros no?» En un mundo de conflictos entre vecinos, de desconfianza, donde te preguntan estas cosas, suena a algo fantástico que des la siguiente respuesta:
«¿Cómo vamos a tenerle miedo a la bomba atómica de nuestros vecinos franceses? Nos da absolutamente igual que la tengan. No nos preocupa su armamento. Pero sí su rating. No porque sea demasiado bueno, sino porque se lo bajen. En Europa estamos unidos en nuestros destinos. Ganamos con la fuerza del otro. Y sufrimos con su debilidad». Algo nunca visto antes en la historia. Y algo que un 90% de nuestros conciudadanos en este complicado planeta ni se pueden imaginar. Vivimos un logro increíble, muy valioso, un experimento espectacular: con menos prepotencia (guerras) que antes, o en otros lugares de la tierra, con menos esfuerzos en cuanto a orgullo y honor, poder hacer política, incluso historia.
Lo que hemos desarrollado y logrado políticamente en nuestra Europa es mucho más que la consecuencia de las guerras sufridas. Es una nueva forma de tratarnos entre estados y sus pueblos, de convivir, y que ahora, en la crisis, expandiremos al campo económico y de nuestras economías nacionales. Porque en Europa somos una familia. Con una solidaridad históricamente incomparable que nada puede destruir. Con sus altibajos como en cualquier familia. Pero de la que es imposible expulsar a tu hijo griego sólo porque…¡si es familia tuya! Familia europea. Un modelo único en un mundo agresivo, competitivo, desconfiado, lleno de armas amenazantes, por el que merece luchar. Por el que merece cualquier esfuerzo. Y del que tanto podría aprender también el fragmentado mundo de la comunicación en estos complicados tiempos. Más unión, mas solidaridad, menos guerras, menos ataques sucios entre unos y otros. Por el bien de todo el sector. Por favor, seamos «más familia» entre todos los que lo componemos.
Pero… al tema de esta semana de baja intensidad marketera (por fin un respiro para poder pensar en alto): ante otro umbral, otro punto de inflexión, se encuentran las multinacionales de la tecnología en este momento gracias a la tecnología de reconocimiento de voz (como ahora proporciona Siri, de Apple) y lo que supondrán pronto para la captación de muchísimos más datos sobre el usuario, a disposición de los anunciantes de estas empresas norteamericanas y sus filiales en Europa. Lo que se avecina es importante y, una vez más, este sector, como compruebo estos días en múltiples congresos, eventos, reuniones, encuentros frecuentados hasta el no va más, ni se ha dado cuenta. Nada se menciona, se expone, se dice…
Cuando sólo tienen que ojear cada lunes el mejor semanario de Europa, ‘Der Spiegel’, para encontrarse con artículos como éste: «Aunque lo del reconocimiento de voz no es nuevo, sí lo es su combinación entre introducción de órdenes por voz y los social media. Cada contenido, cada fecha en una plataforma, es una nueva oportunidad para vender publicidad. Lo importante de las redes sociales no son sólo sus datos, sino sobre todo su clasificación en el contexto adecuado. Lo que hasta ahora no siempre era fácil de obtener del usuario. Pero llegó, una vez más, Apple. Con su tecnología Siri, que reconoce las órdenes habladas que le das a tu iPhone 4S y que es, a su vez, razón e instrumento para solicitar informaciones personales, usarlas para la creación de perfiles, sin incluir el estado de ánimo que mide en tu voz… «Siri, llama a mi hermana». Para ello Siri tiene que saber quién es tu hermana. ¿Por qué productos o servicios preguntarás a Siri? ¿Cuál es la película sobre la que deseas más infos? No sería lo suyo enviarle a este usuario en concreto un mensaje, una vez la película esté disponible en iTunes Store?»
¡Anunciante, agencia, despertad! Aquí llegará algo que podría ser grande. El diálogo con Siri o tecnologías similares en próximos smartphones revela más sobre el usuario consumidor que lo que cualquier red social podría conseguir, que ya es bastante. Aunque la base de Siri es el reconocimiento de voz, su fuerza es, sin duda, el reconocimiento del contexto. No sorprende que la patente central de Apple para Siri lleve el nombre de «Contextual Voice Commands». Poniéndose una vez más delante de Google y de Microsoft, que ya usan el reconocimiento de voz en sus sistemas móviles. Apple lo tiene muy claro: ahora toca dominar la esfera digital con una de las mayores fuerzas del mercado: convenience, la mezcla entre simplicidad y comodidad. ¿Qué interfaz puede ser más sencilla y confortable que el lenguaje normal? ¿Existe algo mejor para acercar a esos millones y millones «anti o aún no digitales» a la esfera digital (y de paso al universo Apple ;-)?
Por no hablar de la ventaja de poder enriquecer frases habladas con el contexto correcto para la comercialización de la publicidad. ¿Cuánto cree usted pagará una marca si su producto sale como respuesta hablada a la pregunta de ¿cuál es el mejor reloj? Según ‘Der Spiegel’, «Apple podría subastar estas respuestas en tiempo real. ¿Quién no deseará tener en su día un acceso a esos consumidores que, en un momento dado, preguntan a su smartphone por «joyas»? Apple consiguió la última revolución de los interface con su pantalla táctil. Si lo vuelve a conseguir de nuevo con Siri ya no serán necesarias las redes sociales para pescar de internet informaciones personales para su comercialización. Mediante su voz, los usuarios crearían perfiles en tiempo real, que ellos mismos cuidan y enriquecen a cada momento con los deseos y necesidades de este grupo objetivo. El reconocimiento por voz es el sucesor de las redes sociales. El reconocimiento del contexto crea un mercado nuevo, comparable con el mercado de las búsquedas online.
Estemos atentos. Como anunciantes, pero también como usuarios sensibles a lo que hacen otros con los muchos datos que les regalamos sin pensarlo apenas.
Bueno, cierro por un rato ‘Der Spiegel’, alejo la vista de mi smartphone, para volver a las carreteras de ensueño aquí en Provenza. Aunque, como «news junkie», siempre pendiente de las noticias, ya sean sobre Europa o sobre lo que cambia nuestro marketing. Ya sea en Madrid, o en un acogedor restaurante aquí en Provenza con nuestro nuevo MacBookAir (siga este viaje en fotos en estos dos álbumes: 1 y 2), o en un moderno hotel en Miami. La antena no se pliega nunca. No en MD.com, no para Usted.
Javier Piedrahita
Director
MarketingDirecto.com
Teletipo del Marketing
Mail Marketing
Email: javier@marketingdirecto.com
Sígueme también a diario en Twitter, Facebook y LinkedIn
Eurobest, Passionalminds, WebCongress, Tele 5, UEM /Toni Segarra, Noche Schober, semana infarto-eventos IIAnteriorSigueinteCuando telebasura y mala publicidad dañan la democracia