Acerca de la falta de honestidad en las empresas

Menuda semana histórica. La segunda semana de febrero de 2023 bien podría pasar a la historia de la tecnología y tiene el potencial de iniciar cambios significativos similares a un pequeño evento de lanzamiento el 9 de enero de 2007 (presentación del iPhone).
Microsoft presentó el martes la nueva búsqueda extendida en su buscador Bing, pero también una versión revisada del navegador Edge. Incluye un modelo ChatGPT. La diferencia con otras versiones de ChatGPT es que la forma de interacción es similar (es decir, un bot de chat que puede utilizarse en paralelo a los resultados de búsqueda y muestra una interfaz correspondientemente ampliada), pero presenta contenidos actuales y no se basa en datos (en parte) obsoletos. Esto significa también, entre otras cosas, que se pueden buscar artículos de actualidad.

Satya Nadella, CEO de Microsoft, este martes pasado: «Nos gustaría compartir con ustedes algunas de estas innovaciones, empezando por cómo van a transformar la mayor categoría de software del planeta Tierra (en la que llevo trabajando mucho tiempo) y por la que estamos muy, muy entusiasmados: el buscador.
Es un nuevo día para la búsqueda. Es un nuevo paradigma para la búsqueda. Habrá innovaciones rápidas. De hecho, una carrera comienza hoy en términos de lo que puede esperarse, y nos moveremos. Vamos a movernos rápido y queremos aportar novedades al mercado cada día, y sobre todo queremos divertirnos mucho devolviendo la innovación a las búsquedas, porque ya va siendo hora (tras 20 años de cuasi monopolio de Google).
Estamos convencidos de que Google domina este espacio. Creemos que empieza una nueva AI carrera con una tecnología de plataforma completamente nueva. Estoy deseando que los usuarios tengan por fin donde elegir y que haya verdadera competencia…»
Especialmente para el asunto de la publicidad basada en el SEO, en el posicionamiento bajo el algoritmo de búsqueda de Google, se vienen cambios trascendentales con esta competición anunciada el martes desde Microsoft. Estaremos muy pendientes desde MarketingDirecto.com, trade press medio que a diario les informa como nadie más en este sector sobre ChatGPT y la inteligencia artificial con la que ha arrancado fuerte este 2023.

Y vamos ya con la otra temática que les tenía hoy lunes reservada: vivimos en la era de la deshonestidad. Y eso enfada siempre a columnistas como Oliver Blecken, ex manager en distintas agencias internacionales. En su columna nos explica por qué es así:
«Un canciller alemán que alega amnesia selectiva, pero que al mismo tiempo sabe a ciencia cierta que siempre lo ha hecho todo bien en la cuestión crítica. Un presidente estadounidense que dice la mentira 30.573 veces durante su mandato». (Y por no hablar del nuestro, de Pedro Sánchez…).
«Vivimos en la era de la deshonestidad. Y la gente se encuentra con ella en su trabajo diario y todo el tiempo. El lanzamiento que se perdió porque ya estaba decidido de antemano (y no porque un competidor fuera mejor). El aumento salarial que no se da porque la sede central no lo aprobó (y no porque el responsable del departamento no lo considere oportuno). El producto que debe venderse al cliente porque es bueno para él (y no porque la empresa gane mucho dinero con él)».
Oliver Blecken dice «haber sido parte de ese sistema y conocer las presiones a las que tienen que hacer frente los altos ejecutivos. Y el lector podría replicar que siempre ha sido así. Y sería barato exaltarse por las falsedades de los demás. Puede que todo esto sea cierto, pero no por ello deja de enfadar. ¿Por qué? Porque espero honestidad de quienes deciden en las empresas. Porque sin un liderazgo honesto y orientado a los valores, el más bello propósito corporativo es una burla. Entonces, el cinismo, la frustración y la agresividad se extienden entre los empleados.

Pero, ¿cómo reaccionan las empresas? En lugar de hablar de valores y anclarlos en sus acciones cotidianas (cosa que sí hacen tantas veces en su repetitiva publicidad), dictan normas de cumplimiento en masa con la esperanza de que así se resuelva el problema. Sin embargo, no conozco ninguna empresa en la que un mayor cumplimiento haya dado lugar a una mayor honradez.
Las razones por las que la gente no es honesta son múltiples: es agotador y desagradable. Existe el riesgo de hacer daño a otras personas. Le hace a uno vulnerable y atacable. Y al mismo tiempo, la honestidad es liberadora. Porque es la base para afrontar de forma constructiva la realidad y los retos existentes, que luego pueden resolverse juntos. Aquí es donde considero que los directivos tienen un deber: deben establecer una cultura de la honradez. En la que no hay miedo. En la que se permite cometer errores y mostrar debilidad. Solo pueden hacerlo si la empresa lo apoya y ellos mismos dan buen ejemplo y son honestos.
Podemos observar en todas partes cómo reacciona la gente cuando se desarrolla a su alrededor una cultura de la mentira: los cristianos abandonan las iglesias, los adultos ya no acuden a las urnas ni recurren a los extremos. Y los trabajadores cualificados abandonan sus empresas.
Solo puedo animar a las empresas que ahora afirman que no tienen escasez de trabajadores cualificados a que simplemente sean sinceras. Porque con la honestidad vienen la apertura, la transparencia y la cercanía, y estos a su vez son valores que los empleados actuales y potenciales valoran mucho».
Algo que también vale para el marketing, la publicidad, el trato con el cliente en general. A ver si este año 2023 aprendemos esto. Más nos vale.
Le deseo una exitosa semana.
Javier Piedrahita
CEO & Founder
MarketingDirecto.com
javier@marketingdirecto.com
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