líderes en noticias de marketing, publicidad y marcas

Javier Piedrahita CEO & Founder de MarketingDirecto.com

¡Devolvednos a nuestros locos!

Va lento este arranque de año nuevo, con apenas eventos y encuentros de interés en nuestro sector publicitario que no acaba de despertar del letargo navideño y de cambio de año. Al menos esta semana tenemos en Madrid la gran feria del turismo Fitur, que a los que nos sigue gustando el auténtico periodismo sectorial de calle (y no tanto el de fácil salón como practican demasiados medios acomodados en y antes ya de la «era Covid») nos ha llevado al encuentro con grandes marcas turísticas como puede apreciar en nuestro vídeo reportaje de la semana. A ver si esto ya se anima con más eventos, convocatorias, encuentros presenciales con el sector…

Mientras tanto nos queda tiempo para seguir reflexionando sobre lo que sucede en nuestro querido sector de la publicidad y el marketing, que tampoco viene tan mal. Permita pues el lector, la lectora, que hoy me aproveche para ello del texto crítico de David Eicher, fundador de la agencia digital Webguerillas, que añora con cierta tristeza «esa publicidad tan poco convencional y creativa como Velvet Underground, ahora sustituida por Bon Jovi».

Dice Eicher que «no se trata de glorificar los años 90 pero sí de hablar de futuro. Su tesis: necesitamos a más locos, aves raras, outsiders, excéntricos, inconformistas, fuera de series en publicidad y marketing. Pues actualmente nos hundimos en el mainstream, en lo convencional, y con ello en la insignificancia. Arrancamos como Velvet Underground y acabamos como Bon Jovi. Todo suena igual, parece igual, es como igual (algo que algunos llevamos criticando desde hace tiempo cuando asistimos por obligaciones de oficio a tanta festival y gala de premios invasión, y vemos sus piezas publicitarias premiadas, o nos tragamos ponencias o entrevistas bastantes repetitivas y vacías de originalidad e innovación).

Para lo que existen tres razones: la primera, miedo. Que lleva a que el oportunismo se expanda ahí donde hace falta destacar con lo no esperado, lo llamativo, lo sorprendente: en la creación. Nuestro producto es lograr altos rendimientos conceptuales y creativos. Creación que fascina y que lleva a animar vía boca a boca. Nuestra función no es decirle al cliente lo que quiere escuchar. Porque esto fomenta a tipos que evitan constantemente el conflicto. Los del sí a todo, los del asentir crónico, los junkies del compromiso, los escépticos.

El peligroso efecto de todo esto desemboca en el recruiting: nada de llamar la atención ni de chocar. Por lo que todos ofrecen lo mismo. El mismo buen ambiente, un gran work life balance, home office infinito, y confortables burbuja espacios en la oficina para brainstormings inspiradores.

La segunda razón: la carrera armamentística por la tecnología. Cualquiera que sigue el desarrollo actual se sentirá en el centro de elaboración de «Un mundo feliz» de Aldous Huxley. Ya solo se trata de quién posee la mejor tecnología, los mejores datos, para así situarse por delante del competidor.

Y como siempre sucede con las carreras armamentísticas, al final no gana nadie. Porque todos recolectan sus datos de la misma manera, utilizan instrumentos de análisis y métodos de evaluación similares, llegando a conclusiones parecidas. Lo que conlleva a que la creación, comunicación y finalmente las marcas se parezcan más y más, siendo intercambiables».

Por no hablar de la «preocupante calidad del director de marketing actual», como vimos esta semana en un interesante debate público en la red social Twitter, y que solo un trade press medio se atrevió a recoger y resumir.

La tercera razón que nos ofrece David Eicher en su reflexión de comienzos de año trata de «la falta de diversidad. Es paradójico en un sector que se supone está siempre a la vanguardia en tendencias sociales. Claro que es una buena señal que cada vez más mujeres alcancen posiciones de liderazgo. Pero también es a la vez una señal superficial.

Diversidad es además la educación formal, la edad, el país de origen, la vida psíquica. Personas con rasgos autistas, depresivos o simplemente introvertidos. O de otras razas o continentes. De estos hay pocos en nuestro sector. Quizás por una buena razón. Quizás sencillamente porque no superan nuestros filtros tan tolerantes… Quizás ya ayudaría en un primer paso adoptar a personas en nuestra comunidad publicitaria que no tienen un currículum vitae tan formal, pero que se han ganado la vida como conductor de grúa, enfermera o en el comercio al por menor».

Ya lo ve. Queda mucho por hacer (y el año es aún joven). Ahí le dejo para este fin de semana las reflexiones de Eicher.

Un saludo y buen descanso de finde,

Javier Piedrahita

CEO & Founder

MarketingDirecto.com
javier@marketingdirecto.com
Javier Piedrahita en TwitterLinkedIn

 

Soluciones de identidad, datos de retail y digitalización de la publicidad exterior: las tendencias que marcarán el marketing en 2022AnteriorSigueinteCómo resolver el Frankenstack en publicidad digital

Contenido patrocinado